Anarquistas y orden público. Josep Asens y las patrullas de control 5o553z

El 19 y 20 de julio de 1936, Durruti, Francisco Ascaso, Giuseppe Asens y García Oliver formaron el Comité Revolucionario que coordinó la insurrección obrera contra el levantamiento fascista, coordinando a los comités de defensa.

Giuseppe Asensiol, 1900-1985, fue secretario de la Federación Local de Sindicatos Únicos desde 1935, miembro fundador del Comité Central de Milicias Antifascistas y jefe de operaciones de las patrullas de control en 1936 y 1937.

El libro recoge, en primer lugar, la autobiografía de Giuseppe Asens, que va desde 1910, en los primeros conocimientos, hasta 1936, octubre de 1936.

Después hay una segunda parte en que yo retomo la biografía de Asens hasta 1940.

Hay después un breve texto de la familia Asens sobre el exilio de Asens desde 1941 a su fallecimiento en 1945.

Hay un apartado de diferentes anexos y varias biografías que permiten hacer el título de Anarquistas y Orden Público, porque aparecen también las biografías de Dionisio Heroles y de Aurelio Fernández.

La familia Asens fue uno de los cinco anarcosindicalistas que el 20 de julio de 1936 se entrevistó con Companys, dando una versión absolutamente distinta a la dada por García Oliver.

Era una anomalía historiográfica y editorial que no existiera aún la biografía de un militante zenetista tan destacado como Giuseppe Asens y Orden.

Descontrol llena por fin ese vacío biográfico a publicar la biografía completa de uno de los principales líderes de la Revolución Libertaria de la Barcelona de 1936.

Como jefe de operaciones de las patrullas de control del Comité Central de Milicias, Giuseppe Asens ha sido uno de los zenetistas más odiados y criminalizados por la historiografía burguesa.

Giuseppe Asens fue autor de un manifiesto de la Federación Local de Sindicatos Únicos contra la Violencia Indiscriminada Existente en la Calle, que fue difundido en prensa y radio a finales de julio de 1936.

Ese manifiesto, reproducido en el libro, se enfrentó decididamente a esa violencia descontrolada, ya fuera de incontrolados o zenetistas, delincuentes y oportunistas, o francotiradores y fascistas.

Hemos de recordar que después del golpe de estado del 19 y 20 de julio, Barcelona durante diez días estuvo sometida a los francotiradores, que causaron muchas bajas en los días siguientes a la insurrección.

Así pues, en contra de las injurias de la sagrada historia de la burguesía, actuó enérgicamente para evitar un baño de sangre.

Fruto de esa intervención práctica fueron las patrullas de control de Barcelona.

La historiografía burguesa llega a decir que esa violencia indiscriminada que había en la calle fue la que formó las patrullas de control para hacer una represión brutal de los elementos derechistas.

No es cierto.

Las patrullas de control se crearon precisamente para acabar con esa violencia indiscriminada que había en las calles y para restablecer un mínimo orden, sobre todo el nuevo orden revolucionario, acompañado, evidentemente, por las colectivizaciones realizadas por los sindicatos.

En el libro se reproduce un material gráfico muy interesante.

Son fotos personales de Asens, generosamente cedidas por la familia Asens.

A mí las que más me gustan, sobre todo por lo explícitas que son, es la fotografía que aparece en las primeras páginas, que luego aparece dibujada en la portada, que es la de Giuseppe Asens con una metralleta patrullando las calles, lo que significa que era un hombre de acción, no era un burócrata.

Por otra parte, aparece en el libro la placa de las patrullas de control, en la que aparecen las cuatro barras y el título en catalán, Patrulles de Control.

Sólo esa placa ya destruye muchos mitos historiográficos.

Las patrullas de control eran las patrullas de control de la Junta de Seguridad de la Generalitat de Cataluña.

No eran patrullas de la FAI, no eran patrullas de la CNT, eran unas patrullas de un organismo antifascista como era el Comité Central de Seguridad.