El amor, la vida y la familia - A Corazón Abierto 3i6m3z

Déjame entrar, yo conozco tu vacío. Te quiero llenar mis hombros, yo te aliviaré. Tus pesadas y tu angustia, yo los tomaré.

Gracias, muchas gracias por continuar aquí en María Visión, en esto que es a corazón abierto.

El día de hoy, como siempre, como todos los días que transmitimos en María Visión, con un programa especial.

Voy a saludar y le voy a dar la más cordial, afectuosa, armoniosa bienvenida a mi compañera Mariana. Marianita, bienvenida.

Muchísimas gracias Salvador, pues qué bonita bienvenida, muchas gracias. Y gracias a todos los que nos están sintonizando por esta benita señal de María Visión.

Muchísimas gracias por ser parte de A Corazón Abierto, los invitamos a que se pongan en o con nosotros.

Es para nosotros un placer estar aquí con ustedes, ya lo dijo Salvador, es un programa muy especial.

Yo estoy especialmente contenta porque está nuestra invitada de lujo, Lety Orozco de Huerta, quien me permitió presentar.

Lety Orozco de Huerta, que es mamá, esposa, amiga, es comunicadora católica y aparte de todo es una gran dama.

Y chef, te faltó chef. Ah, es chef. Iniciaba en nutrición.

Me encanta que al final le pones en la escalera, en la escaleta, que es una gran dama.

Me encanta por el tamaño. Y por ti, por tu personalidad.

Bienvenida a Levación. Muchísimas gracias Mariana, Salvador, amigos y a todos los compañeros de María Visión.

Muchísimas gracias chicos, espero que disfruten el panecito que les traje con mucho cariño a todos, porque siempre es un gusto compartir un poquito, ¿verdad? Dice el auditorio, puede pensar el auditorio. Yo voy para allá por el páncreas.

Pero Lety también nos trajo algo muy bonito. Lety nos trajo estos rosarios meditados. Es su voz la que está aquí grabada.

Ay, qué bonito.

Entonces además, pues bueno, además de comunicadora, nos hace este regalo de dos rosarios meditados, precisamente de la agrupación de esposas cristianas.

Muchas gracias Lety, los regalaremos estos dos.

Seleccionaremos nada más dos de todas las llamadas, si nos hagan para que pasen por él aquí a María Visión o mandárselos hasta su lugar de origen.

Se los manda el Consejo General de la Agrupación desde Monterrey, Nuevo León.

¡Ándale! ¿Desde la Casa Matriz? Los grabamos aquí en Guadalajara, pero bueno, Monterrey, Nuevo León, que es nuestra Casa Matriz, pues los está mandando precisamente para el programa.

Y vamos a estarlos chiquiteando para que los estemos meditando, porque hoy más que nunca necesitamos todos unirnos en oración.

Hoy, queridos amigos, ya no hay mañana, ya no hay pasado.

Hoy tenemos que entender que es el momento crucial en donde toda la comunidad católica tenemos que levantar la voz.

Si tú eres bautizado, tienes que ponerte en acción.

Y la acción, y lo ha dicho muchísimas veces la Virgen María, y tú lo has escuchado en la voz de Gaby Hernández de Alujaz, a quien le mandamos un gran beso y un abrazo en su programa María Madre Nuestra, que la Virgen María se ha manifestado y nos está pidiendo oración, penitencia y sacrificio.

Y no solamente es de dientes para afuera, tiene que haber una gran conversión en el corazón de los católicos.

Y eso cuesta mucho trabajo, porque solemos ser muy hipócritas.

Nuestra condición humana siempre tiende al mal por el pecado original.

Bueno, o podemos ser hipócritas, o en un momento dado, perezosos.

Perezosos también.

Yo también creo que por ahí va este pecado de la pereza, que podemos caer en él, que empieza con flojera.

Ay, el rosario, ¿por qué voy a rezar? Ay, un sacrificio, ¿por qué? Nada más imaginémonos y esperemos que nunca nos pase algo como lo que ha estado sucediendo en tantos lugares de la República Mexicana.

Y del mundo.

Y del mundo. Necesitamos orar, necesitamos sacrificarnos en detalles, o como usted guste, ofrecerle a nuestro Señor precisamente esos gustos que a veces nos damos, y decirle, Señor, aquí está ese pequeño detalle, te lo ofrezco.