Altar y Espada en la Guerra Visigoda, con José Ángel Castillo. T02x12 4xb51

Buenos días, buenas tardes, buenas noches y bienvenidos, bienvenidas al programa, vuestro podcast de historia y divulgación medieval, Art de Bizancio. Hoy con José Ángel Castillo Lozano. Arroba Cornelio S-1 en redes. José Ángel es doctor en historia y miembro del equipo de investigación Antigüedad y Cristianismo de la Universidad de Murcia. Actualmente ejerce de profesor de secundaria y es especialista en la antigüedad tardía.

Recibió el premio de investigación Pedro Salinas de la UNED por un trabajo que acabó publicando como su último libro, La sacralización de la guerra en el mundo visigodo, el cual sortearemos con la pregunta al final del programa. ¿Cómo justificaba esta sociedad la guerra? ¿Cuál era su concepción del bien y del mal? ¿Qué tiene que ver eso con la reconquista? Todo ello y mucho más en este programa con José Ángel. ¿Qué tal compañero? Mil gracias por venir.

Hola, muy buenas. Pues nada, un placer estar aquí con todos vosotros y estoy súper contento de que me hayáis invitado a este podcast que sigo con bastante ansiedad.

Hombre, como para no. Es que ya recuerdo en su momento que cuando se publicó el libro yo tenía ganas de leerlo y lo comentamos un poco por redes. Y oye, he tenido el placer de hacerlo y vamos a hablar un poquito también del mismo y del tema. De primeras comenzamos con una cosa sencilla y es que según iba pasando páginas, a la hora de leer iba descubriendo ideas nuevas. Iba reflexionando y diciendo, ostras, esto tiene mucho sentido. Pero a la vez no es que sea el tema más común del mundo.

¿Cómo se te ocurrió trabajar este aspecto del mundo visigodo? Bueno, esto es una pregunta compleja y bastante larga porque aunque el libro haya sido aquí publicado en el 2024, es un tema que me lleva persiguiendo, me atrevería a decir, que bastantes años de mi vida. Y os voy a explicar por qué. Porque yo en 2018 me doctoré con una tesis doctora en la Universidad de Murcia sobre la figura del usurpador, del tirano, lo que en la fuente latina llaman el tiranus, en las obras de Isidore Sevilla, Juan de Víclaro y Julián de Toledo.

Y claro, a raíz que yo iba leyendo cada vez más fuentes primarias, iba leyendo y me iba sumergiendo en la mentalidad de los historiadores, cronistas e intelectuales de esta época. Estaba claro que la figura arquetípica del usurpador estaba ahí, afloraba. El usurpador era el que se rebelaba contra el rey ungido por Dios, era una figura que estaba instigada por el propio demonio.

Es decir, al mismo tiempo que el rey era el elegido de Dios, el usurpador era aquel que se levantaba por instigación demoníaca. Había casi una demonización de su figura. Y claro, aquí empezó a surgir la idea de este libro. ¿Por qué? Porque la mayoría de las ocasiones, lógicamente, las decisiones se tomaban en el campo de batalla, como pasaba en la antigüedad.

Y el usurpador se levantaba contra el rey y era capaz de armar una tropa, porque al final quien se levantaba contra el poder legal, contra el poder legítimo, era porque era capaz de movilizar tropas. Si no, no te levantas, porque si no tienes fuerza y apoyo no vas a levantar. Eso es lógico. Entonces, ¿qué pasaba? Que aquí lo interesante es que, hombre, si el usurpador conseguía la victoria, pues había unos procesos de legitimación muy claros.

Ahí está, por ejemplo, el arcano 75 del IV Concilio de Toledo, o tenemos la propia obra de Juan de Vid, claro, que termina casi por legitimar el golpe, si me permitís el anacronismo, el golpe de estado que hace a Tanagildo. Pero claro, cuando esto no se conseguía, siempre las fuentes tendían a presentar batallas donde el usurpador era derrotado. Y claro, al mismo tiempo me di cuenta que la concepción de la historia, no sólo del campo de lo bélico, sino la concepción de la historia en general, en estas fuentes una concepción teológica.

Por lo tanto, el campo de batalla se convertía, si me permitís la expresión, en un juicio de Dios. Es decir, era Dios quien impartía la justicia, quien otorgaba la victoria a su pueblo elegido y quien castigaba a sus enemigos. Ojo, que también puede haber una contrapartida. ¿Cuál es? Cuando quiere castigar al pueblo elegido que se ha apartado del recto camino. Entonces, muy interesante. Y claro, a raíz de hacer esta tesis, este tema fue cada vez apresando mi alma y mi cabeza, toda mi vida. Y antes de la publicación de este libro, fueron un par de artículos que yo fui publicando en diferentes revistas académicas. Uno de ellos,