Alimentos transgénicos 392i70

Comienza en Radio María, Ciencia y Conciencia, un programa dirigido por Carmen Mateu.

Buenas tardes, queridos oyentes. De nuevo, hoy miércoles estamos con vosotros en Ciencia y Conciencia, un programa que, como saben, hacemos desde Valencia. Y como siempre me acompaña nuestro colaborador de lujo, Fernando Latorre. Buenas tardes, Fernando.

Buenas tardes, Carmen.

Como saben, él es graduado social y además es máster en bioética por la Universidad Católica de Valencia. Hoy vamos a dedicar nuestro programa, yo creo que les va a gustar mucho, sobre el futuro de la alimentación humana, los alimentos transgénicos. Vamos a ver los datos, qué es y en qué se quiere convertir esta alimentación humana.

Pero hoy, en nuestro, como así decirlo, editorial o introducción, me gustaría leer, que de verdad que va a ser un minuto, no va a ser mucho más, que el Papa Francisco recibió el pasado jueves 30 de enero a formadores y seminaristas de la diócesis de Valencia, de Orihuela Alicante, Segorbe Castellón, Mallorca, Menorca e Ibiza, acompañado de sus obispos y a quienes se dirigió en la Sele Clementina. Y el discurso íntegro, bueno, íntegro de esa parte, tampoco vamos a estar aquí mucho rato, pero me gustaría que ustedes lo escucharan, que dice, queridos hermanos en el episcopado, queridos seminaristas y formadores de la provincia eclesiástica de Valencia.

No me es fácil expresarles mis sentimientos, pensando en las navidades seguramente atípicas con esa vivencia de que Dios se ha hecho barro en ustedes, un dolor y un luto que a pesar de su dureza nos abre a la esperanza, pues obligándonos a tocar fondo y a dejar atrás todo lo que parecía sostenernos nos permite ir más allá. No es algo que podamos hacer solos, es una oscuridad inmensa la que ustedes han vivido y están viviendo. Y pienso en la ayuda desinteresada de tantas personas, los ojos llenos de entrega de la gente han sido capaces de iluminarnos con la ternura de Dios.

En este campo estamos o están llamados a trabajar ustedes. La dana no es un fenómeno atípico que simplemente esperamos no vuelva a suceder, es la extrapolación de lo que vive cada ser humano que se enfrenta a una pérdida y se siente solo, desubicado, necesitado de apoyo para poder continuar. Jesús lo dice con toda claridad, para esto he sido ungido, para esto son ustedes ungidos, para vendar los corazones quebrantados, para proclamar el año de gracia del Señor.

Ya estamos en este año de gracia, que quise dedicar a la esperanza y que ustedes vivirán en toda su fuerza meditando estas palabras. Alguna vez dije que esperanza no es optimismo, es una expresión light, la esperanza es otra cosa. No podemos tomar a la ligera el sufrimiento de las personas e intentar consolarlas con frases de circunstancias y buenismo. Nuestra esperanza tiene un nombre, Jesús, ese Dios que no ha sentido asco de nuestro barro y que en vez de salvarnos del barro se ha hecho barro con nosotros o por nosotros.

Y ser sacerdote es ser otro Cristo, es hacerse barro en el llanto del pueblo. Y cuando vean a la gente rota, porque en Valencia hay gente rota, que ha perdido la vida a pedazos, repártanles ustedes trozos, pedazos, de ustedes mismos, como Cristo lo hace en la Eucaristía. Por favor, dense gratis, porque todo lo que tienen lo han recibido gratis. No se olviden de la gratitud. Y como no, y esto ya lo digo yo, él también nos dice, y por favor les pido que recen por mí. Muchas gracias.

Bueno, pues estas fueron las palabras del Papa Francisco, que me ha parecido la mejor introducción, la verdad. No para el tema, sino pues una introducción para recordarles que no se olviden de nosotros y que no se olviden de toda la gente que lo está pasando mal.