Al tercer día (reeditado) 2w4162

No audio relatos de m núñez retortillo al tercer día el sanedrín se había pronunciado los setenta y uno que formaban la máxima autoridad judía una mezcla de saduceos aristócratas y sabios fariseos no dudaron ni un segundo en condenar a aquel joven galileo enjuto to y estilizado el acusado a quien apodaban de forma despectiva el mesías soportaba con estoico a plomo todos y cada uno de los cargos durante el proceso ninguna queja había salido de su boca y tan sólo se limitaba a contestar a las preguntas del consejo con un semblante mustio y pesaroso jesús no era ajeno a la realidad la sentencia estaba dictada de antemano sin embargo los del sanedrín se lamentaban de las leyes romanas cuyas directrices reservaban para sí cualquier acción ejecutiva contra el reo de modo que la muerte por ajusticiamiento era potestad del pueblo del lacio y en concreto de la máxima autoridad sobre judea el prefecto poncio pilato durante los interrogatorios en la fortaleza antonia los argumentos de aquel personaje de corpulencia desproporcionada para los estándares de la época convencieron a poncio de la inocencia del acusado el romano es estaba maravillado por su tez pálida y sus cabellos dorados más propios de civilizaciones norteñas y nada comunes en el oriente próximo en algún momento él mismo se convenció de que si existiera un rey de los judíos sobre la tierra este podría ser su mejor representante tanto por su altiva presencia como por lo refinado de su oratoria pilatos se hallaba embelesado por jesús como la tur va de la que se acompañaba a todas partes pero conocedor de la inminente rebelión que podría desatar una decisión suya en el seno judío ordenó un ejemplar castigo en la figura del nazareno el martirio desproporcionado no tuvo como había imaginado el prefecto un efecto balsámico so bre la curia nativa quienes alentados por caifás pedían a gritos la ejecución del hijo del carpintero todos habían abandonado ya el gólgota incluso los últimos centuriones romanos custodios de los cadáveres crucificados maría ayudada por su séquito encabo usado por josé de arimatea solicitó el descendimiento del cuerpo de su hijo sobre quien se consoló durante largo rato humedeciéndolo con sus lágrimas tibias la mujer con el rostro empapado todavía procedió con los rituales funerarios judíos cubriendo primero la cabeza del nazareno con un lienzo y después la totalidad del cuerpo con un sudario una vez asediaron al hijo de maría en el sepulcro y lo volvieron a cubrir la tumba quedó sellada por una pesada losa para siempre para siempre al tercer día el lecho funerario se encontraba vacío y la pesada losa parecía haber sido desplazada en vilo por una fuerza sobrehumana en toda judea no se hablaba de otra cosa el cristo había resucitado el sentir de las gentes se dividía por igual entre el temor y la estupefacción alababan su gloria y a la vez les acongojada su venganza con el paso del tiempo sin embargo esta última sea sensación terminó por disiparse y desaparecer pocos eran quienes lo habían visto de nuevo entre ellos quizás el grupo más significativo fuera el de sus antiguos discípulos la excepción única de tomás ausente en aquel momento tan emblem hm ático sr eres tú y