7 formas de pensar 32124c

¿Echamos cada vez menos? ¿Y lo que pensamos es de menos calidad de lo que antes pensábamos? Bueno, pues no tenemos una evidencia científica sobre que la respuesta a estas dos preguntas, sobre la cantidad de pensamientos que tenemos o sobre la calidad de los mismos. Pero, sin embargo, sí que tenemos evidencias. Y es que estamos influenciados cada vez más por un pensamiento más superficial. Estamos en un mundo donde se generaliza lo que son las deface. Estamos en un mundo también protagonizado por el populismo de algunos políticos y también caracterizados por la inteligencia artificial.

Además, tenemos una educación que se centra sobre todo en la memorización más que en la parte del análisis. Entonces, a través de estas señales, sin tener una evidencia científica, pero sí que son señales de peso. Y, sin embargo, tenemos que ver cómo mejorar esta forma de pensar. Y es justamente de lo que trata este vídeo. Siete formas de pensar que son reflexionadas, que son introducidas por Sven Brinkman dentro de su libro PENSAR y que en estos minutos os voy a comentar. ¡Venga, vamos a ello! En primer lugar, lo que nos dice el experto psicólogo danés, Sven Brinkman, lo que nos dice es que tenemos que pensar con el mundo.

El pensamiento, según el autor, nos dice que no solamente ocurre dentro de nuestra cabeza, sino que ocurre también en las pensas de lo que ocurre fuera de ella, es decir, relativo a las condiciones corporales, sociales y materiales que tenemos a nuestro alrededor. De hecho, pensar consiste en globalizar y contextualizar. Y de esto os ponía hace poquito un artículo sobre la importancia que tiene la mente bien ordenada, que esto no consiste en saber más, sino en organizar lo que ya sabemos dentro del contexto en el que estamos. Entonces, por lo tanto, pensar es conectar. Pensar es hacer visible lo invisible.

Por eso también el autor nos dice que muchos pensamos y no sé si te ocurrirá a ti, pero a mí me ocurre. Una ayuda a la hora de pensar es garabatear, es pintar en un folio en blanco cosas sin sentido pero que surgen como formando parte de nuestro pensamiento. Y esto nos ayuda a conectar ideas. Dice el autor que los buenos pensadores son aquellos que organizan y ordenan el entorno que hay a su alrededor, es decir, que esquematizan lo que es el contexto en el cual nos movemos. Por lo tanto ya sabemos que pensar tiene que estar asociado a aquello que nos envuelve. Pensar tiene que estar asociado con el mundo, a conectar las ideas que nos rodean.

Y ese proceso de conectar esas ideas para entender y comprender el mundo, en muchos casos se tiene que hacer el silencio. Y aquí el silencio es importante también para el autor. Conectamos cosas que rodean, cosas que nos envuelven, conectamos estas cosas en silencio, haciendo visible lo invisible.

Dice el autor que pensar también hay que hacerlo con el cuerpo. Imagínate la siguiente situación.

Imagínate que estás atados de pies y manos a una silla y que tienes que pensar en no sé qué tema, o que tienes que explicar no sé qué tema, algo que es importante para ti y que tengas que hacerlo en los próximos días. Si estás atado de pies y de manos, lo primero que te llegas a pensar es que estás en una situación complicada y que no eres capaz de sacar el máximo rendimiento de tus pensamientos. Atado de pies y manos, podemos entrever que no vamos a ser capaces de pensar en las mejores condiciones posibles. Y es que, de hecho, existen evidencias de que GESTICULAR nos ayuda a pensar. Y, cuidado, quiero diferenciarlo de COMUNICAR y DE EXPRESAR.

Yo ahora mismo estoy gesticulando con mis manos, con los músculos de mi cara, para intentar comunicar y expresar estas ideas contigo. Pero si estoy solo, también gesticular y expresar me está ayudando al proceso de pensar. Y es que el pensamiento no solamente se produce en nuestro cuerpo. Según el autor, nuestro cerebro envía señales a nuestro cuerpo y que nuestro cuerpo devuelve a nuestro cerebro. Por lo tanto, el proceso de pensamiento no es exclusivo del cerebro, sino que se produce también a lo largo de todo nuestro cuerpo.

Por lo tanto, aquí el consejo que se nos da es, oye, yove, muévete y déjate llevar por los pensamientos. Si se te producen pensamientos en ti, pues esto procederá a ciertos movimientos en tu cuerpo.