#6 - Dolor, creación y espiritualidad con Rafael Narbona - Resiliencia Creativa / Abril 12, 2025 3fr69

Buenos días y bienvenidos a todos a este nuevo episodio de Resiliencia Creativa.

Hoy tengo el honor de conversar con Rafael Narbona, filósofo, escritor y crítico literario. Acaba de publicar Elogio del amor, un libro que reivindica el amor como una fuerza transformadora, lejos de sentimentalismo y cercana a lo esencial, aquello que nos sostiene, nos despierta y nos invita a crear.

A lo largo de su vida Rafael ha enfrentado momentos de profunda oscuridad y sin embargo ha encontrado en el amor un faro para atravesar el dolor y seguir escribiendo. Hoy hablamos con él sobre cómo el amor puede ser un motor de resiliencia, una guía en tiempos de crisis y también una fuente de inagotable creatividad. Buenos días Rafael.

Ya, pues buenos días Carmen.

¿Cómo estás? Muy bien, aquí pues con el libro recién estrenado y con muchas ganas de charlar contigo.

Bueno, lo primero de todo, enhorabuena por este nuevo libro que ya tengo aquí conmigo.

Y bueno, me gustaría hablar un poquito contigo de esto, como comentamos Rafael, me gustaría que comiences quizá contándonos de dónde surge, bueno pues, el escribir este libro sobre el amor concretamente.

Pues bueno, este libro surgió a partir de una experiencia de sufrimiento.

Yo tenía ya proyectado escribir un ensayo sobre el amor y que además hablara sobre los distintos objetos del amor, porque siempre que se habla de amor se piensa en el amor romántico, pero también está el amor a los padres, el amor a los hijos, a los hermanos, a los amigos, a los animales, a la naturaleza.

Y bueno, pues cuando ya estaba yo dándole vueltas a esta idea, porque me parecía un tema extraordinariamente importante, pues mi mujer le diagnosticaron un cáncer.

Y eso pues claro, ya me hizo plantearme el libro desde otra perspectiva.

Y transformé la enfermedad de mi mujer en el hilo conductor de la obra y la escritura me ha ayudado a soportar el sufrimiento que nos ha provocado a los dos la enfermedad.

Una enfermedad que finalmente ya está superada, pero en el libro cada vez que me encontraba angustiado, volcaba todas mis ansiedades, todos mis miedos, y la escritura la verdad es que tiene un efecto terapéutico, curativo.

Me ha sucedido ya con otros libros, porque este es mi octavo libro.

El libro anterior, Maestros de la felicidad, contaba cómo había salido de la depresión por medio de la escritura, y en general este es un planteamiento que se repite en toda mi obra, desde mi primer ensayo, Miedo de ser dos, que tenía un carácter parcialmente autobiográfico, lo escribí estando todavía con las secuelas del duelo, por el suicidio de mi hermano, por la muerte de mi padre.

Y bueno, pues yo comparaba la pluma al piolet de un alpinista que va subiendo por una pared helada, y que aunque por el camino sufre mucho y experimente el riesgo de padecer un edema cerebral o pulmonar, continúa hasta llegar a la cima.

Entonces para mí llegar a la cima, finalizar el libro, ha sido una manera también de aliviar mis heridas, la escritura es un bálsamo.

Me encanta que comentes esto Rafael, porque en este sentido creo que tenemos esa experiencia común, el haber utilizado la escritura, por así decirlo, para de alguna manera trascender o enfrentar mejor una experiencia dolorosa, que además es una experiencia que compartimos, el perder a un hermano por suicidio, en este caso. Y qué curioso, ¿verdad? Cómo muchas veces el amor más puro y más real surge de ese dolor como tan profundo.

Sí, yo cuando perdí a mi hermano, antes había perdido a mi padre a los 9 años, también tenía a mi hermana enferma, en fin, y he tenido, por desgracia, no ha sido el único suicidio que he sufrido, porque a la semana de suicidarse a mi hermano se suicidó uno de mis mejores amigos. Y yo recuerdo la experiencia de ir dos veces consecutivas al Instituto Anatómico Forense, que antes se encontraba detrás de la Facultad de Medicina, y es un lugar terrible, porque allí las muertes son todas violentas, suicidios, y detalles como, no sé, cuando nos dieron la ropa que llevaba mi hermano en una bolsa negra, eso no lo olvidaré nunca.

Y yo, pues bueno, durante años he estado hundido en el desaliento, en la desesperación, en la angustia, en la frustración, y aunque acudí a un psiquiatra, la medicación no me ayudó, a otras personas sí, yo no digo que la medicación sea inútil, pero en mi caso no, salvo los ansiolíticos, sí, me quitaron un poco de ansiedad, pero la depresión incluso, los antidepresivos incluso me provocaron un estado de euforia, que se confundió con bipolaridad.

Y yo ya, bueno, pues he pasado muchísimo tiempo, yo creo que casi 20 años entrando y saliendo de la depresión, con unos niveles altísimos de dolor, y no sé, me puse a escribir compulsivamente, tampoco pensé que la escritura me fuera a curar, pero yo necesitaba hacer algo. Yo llevaba escribiendo desde los 30 años, colaborando con varios medios, como crítico literario.