40K - CONOCIENDO A LOS T’AU. EL BIEN SUPREMO 6424s

En la vastedad del milenio 40.000, donde no hay paz ni perdón, donde el imperio de la humanidad libra mil guerras en mil frentes, y donde cada día es una lucha por no ser devorado por la oscuridad, hay una llama distinta, fría, lógica, determinada, una llama azul, allí donde los mundos son consumidos por la locura del caos, los rugidos de los orcos y el hambre silenciosa de los tiránidos, una civilización joven avanza, con paciencia, con orden y con un propósito, ellos son los tao, no nacieron para reinar, no heredaron tecnología ancestral y no fueron tocados por dioses ni mutados por la disformidad, fueron cazadores, tribales, que estaban divididos, hasta que un día, desde las montañas de días del cielo, descendieron los etéreos, trajeron unidad, una visión, una promesa, no de poder, sino de propósito, el bien supremo, un ideal que lo consume todo, la sociedad, la guerra, la diplomacia, la tecnología, la vida misma, cada tao, desde el más humilde técnico hasta el más glorioso comandante, vive y muere por esta causa común, y no están solos, porque ellos son los tao.

Muchísimas gracias, también a gente de la plataforma de podcast, un saludo muy grande, y hoy vamos a hablar de los tao, esas razas senos, los hippies senos, los sucios hippies senos ¿no? como se diría, esta gente que quiere el bien supremo, la felicidad, todo chill chavales, los tao son la hostia, son lo mejor, vamos a hablar de estas razas senos, vamos a hablar un poquito de su origen, de acuerdo, también vamos a hablar un poquito de como es esta raza, como son ellos de aspecto, como es su jerarquía, etc, no nos vamos a meter mucho en los personajes que todos conocemos más como osoba y toda esta gente, que esto quiero hacer un vídeo aparte hablando de ellos, porque creo que se lo merecen, de toda esta trifurca que hay dentro de los tao, simplemente un poquito hablando del origen, de como llegan los etéreos, etc, y nada, vamos a conocer un poquito más, y que me digáis, a ver que preferiréis vivir en un mundo del imperio o en un mundo tao, porque yo tengo mis dudas, he de decir que no confío en los etéreos, que algo ocultan seguro, pero oye, a lo mejor no se vive tan mal, yo soy fuera de la casta del aire o tal, o de la casta de la tierra, y ahí estoy construyendo en mis mundos tao, yo sería feliz, así que dicho esto, sin más relación, empecemos.

En los días antiguos, cuando los cielos aún no conocían el fuego estelar y los ecos del universo no susurraban el nombre de los tao, su especie vivía en una armonía primitiva, esparcida como semillas por todo su mundo natal. Diversas tribus habitaban los vastos rincones del planeta, diferenciadas por su entorno y por las sendas que eligieron seguir en su evolución.

Con el transcurrir de los siglos, estas tribus florecieron por separado, cada una adaptándose con ingenio a las tierras que reclamaban. De las abrasadoras planicies surgieron los tao del aire, sus cuerpos aligerados por alas membranosas que los elevaron hasta las cumbres convirtiéndose en mensajeros y vigías del firmamento.

En los valles fértiles otras tribus descubrieron el arte del metal y el don de la agricultura, forjando herramientas y ciudades que se alzaban como faros de civilización. Los sabios del comercio vieron más allá de la autosuficiencia y tejieron redes de intercambio entre pueblos, mientras los guerreros de las llanuras feroces y orgullosos perfeccionaron el arte de la caza y la guerra.

Tomando lo que necesitaban mediante la fuerza o el honor de un duelo.

Pero ningún amanecer está libre de sombras. La evolución aceleró su curso y con ella llegó el conflicto. Las antiguas comunidades se transformaron en fortalezas amuralladas, sus gentes armadas con pólvora y determinación para defenderse de los ataques de las tribus errantes, ahora aliadas con los hijos del viento. El comercio se tornó en traición, los tratados en amenazas y la diplomacia en fuego cruzado. Así estalló una guerra de hermanos contra hermanos. Las tierras Tao fueron desgarradas por el rugido de armas primitivas y la furia de un odio ancestral. Miles muertos.