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La antigua Roma a pie de calle
24. Falsos mitos sobre la República romana Vol. III

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21/2/2025 · 11:55
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La antigua Roma a pie de calle

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Os presentamos otro fragmento del exitoso episodio sobre Falsos mitos sobre la República romana. En esta ocasión Silvia Lacorte, doctoranda en la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla, y Héctor Paleo Paz, doctorando en la Universidad Santiago de Compostela, nos hablan de gladiadores y legionarios. ¿Había mujeres gladiadoras? ¿Cómo vestían realmente los soldados romanos? Todo ello lo responden en este genial episodio, ¡no os lo perdáis! Créditos: - Contenidos: Silvia Lacorte y Héctor Paleo Paz - Coordinación: Cristina Rosillo y Elena Torregaray - Edición: Leire Lizarzategui - Comunicación: Maddi Izaguirre - Técnico de sonido: Esperanza Ródenas Perea -Música: Obra: Malicia Música de https://www.fiftysounds.com/es/ Obra: Ashes Music by https://www.fiftysounds.com/es/ Obra: Vulcano Música de https://www.fiftysounds.com/es/ 29t58

Lee el podcast de 24. Falsos mitos sobre la República romana Vol. III

Este contenido se genera a partir de la locución del audio por lo que puede contener errores.

Bienvenidos y bienvenidas a este nuevo episodio. Soy Silvia Lacorte, doctoranda en la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla y me dedico al estudio de las corrientes ideológicas en la política romana tardorepublicana. En la charla de hoy me acompaña mi colega Héctor desde Santiago de Compostela.

Hola Silvia y hola a todos nuestros oyentes. Soy Héctor Paleopaz, doctoranda en la Universidad de Santiago de Compostela, donde estudio la relación entre ciudadanía y la ideología politica popularis en la República Tardía.

Hoy vamos a hablar de algunos de los mitos e ideas populares que comúnmente se asocian en el imaginario colectivo con la República Romana, muchas veces dadas por sentado cuando se piensa en el Imperio Romano.

Pero creo que cuando la gente piensa en Roma también piensa en algo muy sangriento, como en las luchas de gladiadores.

Efectivamente. La figura del gladiador es una de las más populares tanto en época republicana como imperial. Cualquiera que haya visitado el Coliseo en Roma o cualquier anfiteatro como pueden ser los de Itálica o Mérida, puede haber imaginado fácilmente la misma escena, dos o más gladiadores luchando y muriendo en la arena.

Claro, pero es que realmente estamos no solo ante una práctica popular, sino también con una gran tradición en Roma, ¿verdad? Sí, los combates de gladiadores eran efectivamente una práctica muy antigua, cuya presencia en la Península Itálica está atestiguada ya en el siglo IV a.C., y que fueron introducidos en Roma a partir del 264 a.C., cuando las fuentes nos hablan de tres parejas de gladiadores luchando en unos juegos funerarios. De hecho, los juegos de gladiadores podían ser convocados con fines conmemorativos, tal vez después de la muerte de un pariente, o con un propósito simplemente lúdico, para entretener al pueblo romano.

¿Y por qué se les llamaba gladiadores? El nombre gladiador proviene del arma que solían usar, el gladius, es decir, una espada corta de hoja recta, similar a las de los legionarios romanos. En general, sobre los gladiadores podemos decir que tenían diferentes orígenes, y había combatientes que luchaban como simples voluntarios en busca de gloria, o como esclavos o prisioneros en busca de libertad. Su entrenamiento se realizaba en escuelas especiales llamadas ludi, dirigidas por un propietario llamado lanista. Cualquiera que haya visto la serie de televisión Spartacus sabe de lo que estamos hablando.

Silvia, y precisamente, al ser tan conocidos, yo creo que los gladiadores son también protagonistas de algún falso mito.

Efectivamente, también en este caso hay que disipar algunos mitos. El primero de ellos es que los combates de gladiadores eran una cuestión de exclusiva competencia masculina, por el contrario, aunque en menor medida que los hombres, la tradicción también registra la presencia de mujeres gladiadoras.

Si damos un paseo por un museo de Hamburgo, en Alemania, podemos encontrar una estatuilla muy curiosa. Se trata de una estatua de bronce, que puede fecharse en el siglo I d.C., que representa a una mujer de pie mirando hacia abajo, como si hubiera un adversario derrotado invisible. En la mano izquierda levanta una sica, una espada corta curva usada por los gladiadores tracios, y una venda en la rodilla izquierda.

Alfonso Manas, investigador en la Universidad de Granada, ha demostrado que no se trataría de una atleta, como se ha pensado durante mucho tiempo, sino de una gladiadora. Tanto por la postura, con la mirada hacia abajo y el arma hacia arriba, como por la ropa, ya que las mujeres atletas nunca actuaron con los pechos descubiertos, tal como aparece la mujer en la estatua. Además, el vendaje que lleva en la rodilla izquierda era una característica común de los gladiadores, o en este caso, de las gladiadoras.

Es posible que la estatua llevase un escudo en su brazo derecho, pero está rota justo en la muñeca. La falta de casco, en cambio, se explicaría debido a su postura de victoria, ya que los gladiadores se lo quitaban como gesto de celebración. Obviamente, no estamos hablando de una actividad que involucraba a los hombres y a las mujeres de igual manera.

De hecho, la ausencia de un término latino específico para denominar a la gladiadora se suele considerar como un indicio de que, probablemente, la práctica no se extendió lo suficiente como para provocar un cambio en el léxico del combate.

Pero, oye, Silvia, aquí todos estamos esperando que nos hables de Gladiator. Dime, ¿hay algo en especial que nos quieras contar de esta película? Claro, para esto he traído a un invitado de honor.

Mi nombre es Gladiador.

Cómo olvidar las magistrales actuaciones de la película.

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