1845. Sobre la autoobservación como clave de vida 373s

Muy buenos días. Hoy es martes, ayer no publiqué audio y hoy el audio será más largo. Tendría que haberlo publicado ayer en dos partes como suelo hacer, pero no lo hice y pues este de hoy será algo más largo. Te dejo con el audio. En nuestra cultura, según vamos teniendo un entendimiento, empezamos a asumir que vivimos según unas etapas, quizá no escritas, pero que todos con las que todos intentamos cumplir.

Pues no sé, vamos aprendiendo y llegamos a la conclusión de que no es que sean las etapas de nuestra sociedad, que son las etapas de la vida, que la vida es eso. Como siempre te digo, cuando alguien te pregunta qué tal la vida, uno no va a contestar cómo se siente, que es al final lo que manda nuestra vida, cómo te sientes. No, no.

Uno va a contar cómo le va a todas las cosas de las etapas de la vida.

Estas etapas no son en absoluto algo con lo que cumplir en la vida. La vida no nos demanda eso, nuestra biología no nos demanda eso, pero en la sociedad está de fondo esta idea de cumplir con esas etapas.

Por otro lado, hay una cosa que es para mí la más importante, porque cuando no cumplimos las etapas nos podemos sentir mal, un poco fracasados y tal, pero yo creo que luego, bueno, lo relativizamos. Pero hay otra cosa, otra cosa que es la más importante y es sentirse vivo. Esto piénsalo de manera práctica, pero en la vida lo que cuenta al final, lo que cuenta, lo que cuenta, lo que cuenta, pero al final, al final, al final de todo, es cómo te sientes.

Yo sé que dices, mira, lo que cuenta al final es que yo este dinero, me he quedado con el dinero. Sí, habrá pasado esto, lo otro, tal, tal, pero tengo ese dinero. Que lo he conseguido pues como sea, no digo de manera ilegal, quiero decir pues a través de un trabajo, de unos negocios, parece como si has conseguido el dinero todo lo justifica.

Si has conseguido un bienestar, pues bueno, aunque hayas entregado tu vida a algo que te has sentido mal, tal, no importa, porque lo que importa es tener ese bienestar material. Pero al final, al final, detrás de eso está cómo te sientes y cómo te sientes tiene una característica. No lo puedes soslayar, no lo puedes dejar de lado, no lo puedes minimizar, no lo puedes ocultar.

Lo intentamos, ¿cómo? entreteniéndonos, estando todo el rato con la cabeza entretenida en algo, distrayéndonos. Si distrayéndote no puedes evitar sentir lo que sientes, uno ya empieza, no sé, a tomar sustancias, a beber, a lo que sea que uno pueda para no darse cuenta de lo que siente.

Lo que sientes es lo que marca la vida y es tan esencial en la vida, es tan troncal, que es inevitable. Y lo que uno siente se forja yo creo que en los dos niveles en los que vivimos, por lo menos, o sea, a lo mejor hay más niveles o más maneras de hablar de ello, pero hay uno un nivel social en la medida, lo que te he dicho antes, en la que cumples con esas fases de la vida que la sociedad y la cultura en la que vivimos nos propone, pues en la medida en que cumplimos con eso, uno se siente por momentos bien, me siento bien, satisfecho, realizado.

Cuando compras la casa alegre, contento, feliz, ya no te cuento si tienes un hijo, ahí ya entramos en otro nivel, o sientes amor por una persona, amor de verdad, pero va más o menos estas etapas estereotipadas, uno en muchos casos siente alivio, no he fracasado, yo cumplo, yo soy bueno, yo soy válido socialmente.

Ese es un nivel, pero luego detrás, debajo, más profundo, hay otro nivel que es ¿Cuánto sentido tiene lo que vivo? ¿Cuánto sentido tiene lo que pienso?