Volver a casa (1931) BETTE DAVIS / PHILLIPS LORD / WILLIAM A. SEITER / Drama / Cine Clásico 15362q

La Vuelta al Hogar, Jönsborg, Maine.

Bonito, ¿eh? Sí, lo es.

Precioso.

Pero recuerde que he venido para revisar su declaración de la renta.

Solo tardaremos unos minutos en revisarla.

Únicamente debe decirme qué es lo que ha comprado.

Dígame el precio de compra y después el de venta.

El precio de compra restado del de venta nos dará el beneficio.

Bien.

Empezaré con la fábrica de hielo.

La fábrica.

Sí.

Bien, ¿cuánto pagó por ella? Mira, la tengo en sociedad con Sam Tuttle.

Y se la compramos a Woody Roche.

¿Y cuánto dinero pagó por ella? Woody decía que costaba 800 dólares.

Y Sam decía que solo valía 200 dólares y regatearon.

¿200 y 800? Vaya diferencia.

Sí, sí.

¿Cuánto dinero costó en realidad? 125.

¿125? Olvidé decirlo.

Sam es un gran negociador.

Ya lo veo.

Así que la compraron por 125.

¿Ve lo sencillo que resulta cuando nos ceñimos a los hechos? Sí.

Sí, pero eso no es todo, ¿sabe? No.

No.

Al comprar el vivero tuvimos que comprarle también el derecho de paso.

Y Woody se aprovechó.

¿Eso hizo? ¿Cuánto? Nos cobró 375 dólares por una pequeña parcela de tierra que no valía ni 30 centavos.

375 más 125 les costó 500 dólares.

Sí.

Bien, ¿eso es todo? Sí, es todo.

Bueno, todo no.

No.

No.

La fábrica de hielo está junto a un estanque.

Y en el extremo sur de ese estanque hay un pequeño arroyo que recorre los pastizales de Woody.

Mira, cuando Woody atrapó a Sam con el derecho de paso, Sam se lo devolvió embalsando el arroyo de forma que no volviera a atravesar los pastos de Woody.

Entiendo.

¿Papá? Sí, ya.

Ya vamos.

Pero aún posee la tierra donde se encuentra la fábrica.

Sí, sí.

No exactamente.

¿No? No.

No, porque...

Cogimos ese prado y lo dividimos.

Y como una mitad no era buena, se la vendimos al padre de Saúl.

Y la otra mitad se la vendimos a Saúl.

Volvamos a hablar de cifras.

Sí.

Usaré la regla de cálculo y veré cuánto sale.

Dígame, ¿cuánto le pagaron a Saúl y su padre? Bien, por la mitad que vendimos al padre de Saúl, él nos dio una rastra vieja que tenía tirada en el campo y unos cuantos corderos.

Y nos guardamos el derecho de recoger el forraje.

Ah, sí, sí.

Nos lo cambió por la camioneta.

Cuando el padre de Saúl compró su mitad, Saúl quiso comprar la otra para que todo quedara dentro de la misma familia.

Pero la otra mitad era más valiosa.

¿La del padre de Saúl? No, la de Saúl.

Cuando su padre compró su mitad, Saúl le convenció para que la devolviera.

Y Saúl nos la cambió como pago de la mitad, de su propia parte.

Y déjeme ver, nos dio un cheque de su padre por 400 dólares.

Y así fue como recibimos el pago de la mitad de Saúl y un poco de la otra.

Y nosotros le volvimos a alquilar su camioneta de nuevo.

¿Qué camioneta? La camioneta de Saúl, la que su padre nos había dado por su mitad.

¿La mitad de Saúl? ¿Pero qué dice? La mitad de su padre.

Se lo explicaré.