Una confesión encontrada en una prisión de la época de Carlos II. Charles Dickens 3i2i38

Y si no les presenta historias para ser leídas un podcast de ciencia ficción terror y fantasía dirigido por olga paraíso ficciones sonoras con los que podrás sumergirse en otra realidad una confesión encontrada en una prisión de la época de carlos segundo charles dickens tenía el grado de teniente en el ejército de su majestad y servi en el extranjero en las campañas de mil seiscientos setenta y siete mil seiscientos setenta y ocho concluido el tratado de minera regrese a casa y abandonando el servicio militar me retiré a una pequeña propiedad situada a escasos kilómetros al este de londres que había adquirido recientemente por derechos de mi esposa esta será la última noche de mi vida por lo que expresar en toda la verdad sin disfraza alguna nunca fui un hombre valiente y siempre desde mi niñez tuve una naturaleza desconfiada reservada y vasca hablo de mí mismo como si no estuviera ya en el mundo pues mientras escribo esto están acabando mi tumba y escribiendo mi nombre en el libro negro de la muerte poco después de mi regreso a inglaterra mi único hermano contrajo una enfermedad mortal esta circunstancia apenas me produjo dolor alguno pues casino no sabíamos relacionado de este que nos hicimos adultos él era un hombre generoso y de corazón abierto de mejor aspecto físico que yo más satisfecho de la vida y en general amado los que por ser amigos suyos quisieron conocerme en el extranjero o en nuestro país de las veces seguían viéndome mucho tiempo y solían decir en nuestra primera conversación que se sorprendía de encontrar dos hermanos que fueran tan distintos en sus maneras y aspecto acostumbraba a provocar esa declaración pues sabía las comparaciones que iban a hacer entre ambos y como sentía en mi corazón una enconada envidia trataba de justificarla ante mí mismo no sabíamos casado con dos hermanas este vínculo adicional entre nosotros tal como lo consideraría en algunos en realidad sirvió solo para apartarnos más su esposa me conocía bien nunca estando ella presente mostré mis celos o rencores secretos pero aquella mujer los conocida también como yo nunca en aquellos momentos levante mi vista sin encontrar la suya fija en mi nunca miré al suelo vacía otra parte sin tener la sensatez ción de que seguía vigilando me para mi era un alivio inexpresable cuando disputa vamos y fue un alivio todavía mayor cuando encontrando en el extranjero me enteré de que había muerto tengo ahora la sensación de que era como si se hallará suspendidas sobre nosotros una extraña y terrible pre figuración de lo que ha sucedido desde entonces tenía miedo de ella me obsesiona va su mirada fija vuelve ahora hacia mí como el recuerdo de un sueño oscuro haciendo que se enfríe mi sangre ella murió poco después de dar a luz un hijo a un niño cuando mi hermano supo que había perdido toda esperanza de recuperación en su propia enfermedad llamó a mi esposa junto a su lecho y confió ve el huérfano a su protección un niño de cuatro años luego al niño todas las propiedades que tenía y escribió en el testamento que en caso de que muriera su hijo las propiedades pasar a mi esposa como único reconocimiento que podía hacerle de sus cuidados y amor cambio conmigo unas cuantas palabras fraternales deploran de nuestra prolongada separación y hallándose agotado se hundió en un sueño del que nunca despertó nosotros no teníamos hijos y como entre las hermanas había existido un afecto profundo de mi esposa había ocupado casi el lugar de una madre para que el muchacho lo amaba como si ella misma lo hubiera tenido el niño estaba muy unido a ella pero era la imagen de su madre tanto en el rostro como en el espíritu