Un Pueblo en las Sierras 4g6419

El pueblo es prolijo de una cuadrícula tanto indescifrable pero prolijo limpio despejado simpático tirando a lento no el quilombo de buenos aires hace ya un buen rato que lo camino me viene bien las casi ocho horas de bondi dime tu mecieron las piernas y aunque el solcito de invierno hace lo suyo un aire más que fresco y cristalino invita a moverse las sierras enmarcan al pueblito linda las sierras un poco secas no por falta de agua sino por viejas como si alguna vez hubieran sido montañas las calles le escapan al sano suben y bajan sin grandes pendientes pero suben y bajan hacia o desde las sierras claro el límite del pueblo sin preciso se diluye en un barrio de casas preciosas paquetes y más importantes imponentes algunas de enormes y lindísimos jardines anejos que contrastan con la sierra áspera y achaparrada en algún lugar incierto cedros centenarios imponen su altura desmedida ante el espinillo duro y re tacón se miran con dejos desafiante pero cansados como si alguna vez hubieran batallado como si se hubieran conformado con el territorio ganado y el defendido viejos guerreros inmóviles devenidos en gentiles camaradas se conocen ahora custodios de algo que los trasciende algo compartido david y goliat sin garrotes ni bandazos algo parecido me figuro pasa con su gente aquí a nadie se le niega la sonrisa y todos se saludan con amabilidad genuina a primera vista uno diría que más por conocimiento mutuo que por cortesía después de todo cuántos habitantes puede tener el pueblo digo sin embar go se intuye algo más complejo que una cuestión de cantidades al rato de andar sus calles lo invade a uno la certeza de que aquí se prescinde del exterior no por petulancia sino por auto valía se sienten el orgullo de la pertenencia es cierto que el gentilicio aplica sólo a lacy nacido y criado pero no marca diferencia alguna con aquellos que invariablemente vacacionan una y otra vez en sus viejas casonas de piedra casi como un sino de coherencia inalterable de alguna manera delicada y quizás inverosímil la ve bellísima y envidiable identidad de este pueblo se sustenta en una amplia intersección de mundos extraordinariamente disímiles aunque no menos sabios y generosos son también como el cedro y el espinillo celosos custodios de algo compartido