Trucos y consejos para aprobar el carnet de conducir 6g2p2q

Todos tenemos un pasado oscuro.

El mío es que fui profesor de autoscuela.

Bromas aparte, mi mayor simpatía y iración a los profesores de autoscuela.

A mí me especializaron, a la fuerza, en casos difíciles, casi imposibles.

Así que, además de diez más uno consejos, os voy a contar diez anécdotas, todas reales, una por consejo y una advertencia.

Seguro que ya tenéis carné, pero este vídeo te puede interesar, te lo prometo.

Bienvenidos a Garaje Hermético.

Enciérrate con nosotros.

Antes de empezar, el último consejo, el bonus track, es el más importante.

Y otra cosa más, en este vídeo tenemos consultorio clásico.

Tenemos el lujo de contar a Jaime Sánchez de SEAT en rodaje, un verdadero experto, y tenemos el lujo, como os digo, de tenerle solo para nosotros.

Y otra cosa más, este vídeo está dedicado a una persona, pero no voy a decir a quién, lo voy a mantener en secreto, a ver si lo adivináis.

Como os he dicho, tuve la oportunidad de ser profesor de autoescuela, especializado a la fuerza en casos imposibles.

Aprendí mucho, mucho de coches, de enseñanza, de personas, y es que a mí, que me gusta la formación y los coches, pues fue una oportunidad verdaderamente magnífica para aprender.

Lo que sucede, aunque puede que no lo parezca, es que tengo mucha paciencia.

Habrá quien no piense así, no nombrar a nadie, pero os aseguro que sí.

Y me especializaron a la fuerza en casos difíciles, como os digo, casi imposibles.

Además, situados en dos franjas de edad extremas, gente muy joven, muy joven, o gente que a mí me parecía muy mayor.

Ahora, a lo mejor, me lo parecería menos.

Pero una cosa sí que me quedó clara, y es por lo que vamos a empezar este vídeo, es qué buscan las personas cuando van a una autoescuela.

Autoescuelas, ¿cuál es su objetivo? Si crees que en una autoescuela se va a aprender a conducir, estás equivocado.

Ese es un error.

Sí, por supuesto que vas a aprender a conducir, pero ese no es el principal objetivo de la autoescuela, ni lo primero que quieren sus clientes.

Y lo que busca una autoescuela, como en cualquier negocio, es satisfacer a sus clientes.

¿Y qué quiere una persona que va a una autoescuela? Muy fácil, quiere obtener su licencia de conducir.

Eso es lo que quiere.

Yo recuerdo...

Hablo mucho de mi padre y de mi madre, pero es que me enseñaron muchas cosas muy interesantes.

Mi padre siempre decía que primero había que aprender a probar, y ya con el carnet era ir rodando cuando iba a aprender a conducir de verdad.

También os confieso, lo he dicho ya en algún vídeo, que ese no fue mi caso.

Esto... los tiempos han cambiado mucho.

Porque el escaso control que había en los años 70, la confianza ciega que mi padre tenía en mí...

Y el hecho de que estaba un poco loco, lo digo desde el cariño.

Pues gracias a todo eso, conduje bastante, bastante, y por ciudad, antes incluso de tener que añadir el carnet de conducir.

Esto es hoy día una locura que, desde luego, no os aconsejo.

Mi carnet de conducir.

Con todo lo que he comentado que voy a hacer en este vídeo, lo primero que me han dicho es tienes que contar cómo te sacaste el carnet.

Así que, primero, os voy a contar mi experiencia como alumno.

Porque yo me examiné por libre.

Algo que se podía hacer entonces, entonces se podía hacer en España, hoy en día es absolutamente imposible.

Al menos en España.

Y es que, en mi caso, ya os podéis imaginar, que soñaba, soñaba, desde que tengo uso de razón en tener coche y carnet, pero no tenía dinero para pagar una autoescuela.

Entonces, te podías examinar lo que se llamaba por libre.

Es decir, entonces había dos exámenes, uno de maniobras, que la podías hacer con un coche normal, porque era un circuito cerrado, y luego alquilabas un coche que tenía el doble mando, o sea, tenía en el lado derecho freno y embrague y espejos.

Y a tu lado iba alguien, generalmente iba tu padre, o quien te hubiese enseñado a conducir y se sentaba a tu lado durante el examen.

Y, por supuesto, detrás, el examinador, que se le suele llamar todavía ahora entonces siempre el ingeniero.

Se decía entonces que aprobar por libre era mucho más difícil.

Yo, sinceramente, no lo sé.

Pero voy a seguir siendo sincero.

Quedaría muy bien diciendo que aprobé a la primera.

No, todos los carneros aprobaron a la primera, de camión, de moto y tal, pero este no.

Este lo aprobé a la segunda.

Y, con lo cual, la presión era máxima, porque cuando te sacabas, pagabas las tasas para examinarte por libre, solo te daban dos oportunidades.

Si suspendías las dos, tenías que ir a la autoescuela.

Con lo cual, el riesgo, si suspendía dos veces,