Te lo advertimos en su momento las vacunas COVID son malas, una conspiración mas que resulta VERDADERA. b5d27

Hola.

Hoy vamos a hacer una exploración bastante a fondo de información delicada.

Apunta a posibles problemas serios en cómo se manejó la salud pública recientemente, ¿no? Tanto en Europa como en Estados Unidos.

Hablamos de acusaciones sobre, bueno, ocultación de datos importantes desde 2020.

Y esto relacionado con las vacunas que se distribuyeron masivamente.

Algunas fuentes las llaman sueros.

Para que quede claro, las fuentes que estamos viendo incluyen fallos de tribunales, estudios científicos, también documentos internos.

Aquí el objetivo es tratar de entender las claves, ¿no? De estas acusaciones sobre transparencia, pero basándonos siempre en los hechos documentados que presentan estas fuentes.

Bien, empecemos por Europa, si te parece.

Hay un contrato enorme, negociado por la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y, bueno, ha levantado bastante polvo.

Así es.

Estamos hablando de una negociación por, imagínate, 1,800 millones de dosis.

Y lo llamativo es que, según reportó The New York Times, y recoge nuestra fuente, una parte se negoció por mensajes de texto, personales, con el CEO de una farmacéutica clave.

¿Mensajes de texto? Sí.

Y lo más fuerte es que esos mensajes, bueno, desaparecieron.

Cuando se pidieron de forma oficial, ya no estaban.

Pero, a ver, ¿cómo que desaparecieron? ¿Mensajes de ese nivel, sobre un contrato multimillonario? ¿Qué explicación dieron? ¿O qué dicen las fuentes sobre las implicaciones? Pues, la respuesta oficial fue, básicamente, que no se conservaban.

Que no los tenían.

Esto, claro, no quedó ahí.

Escaló hasta el Tribunal de Justicia de la UE.

Y, según la información que analizamos, este tribunal falló en mayo de 2025.

Dijo que la comisión había faltado al principio de transparencia.

Porque esos mensajes, pues, trataban asuntos públicos y tenían que ser accesibles.

Se menciona, incluso, al eurodiputado Christian Terges, que criticó mucho la actitud de la presidenta.

Claro.

Esto, según lo ven las fuentes, sugiere una grieta, ¿no? En la confianza democrática.

Y esta aparente falta de transparencia, entonces, no se limitaría solo a los contratos.

Las fuentes también apuntan a cosas científicas relevantes.

Correcto.

Se menciona, por ejemplo, un estudio de febrero de 2024.

Muy grande.

Analizó a 99 millones de personas vacunadas.

Este estudio, según se indica, detectó riesgos estadísticamente significativos de miocarditis.

Esta inflamación del corazón, ¿no? Y también de otras afecciones neurológicas y pulmonares.

Y, además, se habla de un documento interno, este de octubre de 2023, de la Agencia Italiana del Medicamento, la AIFA, firmado por su directora, nada menos.

¿Y qué decía ese documento? Pues revelaría, según la fuente, dos cosas clave.

Que las vacunas no impedían la transmisión del virus.

OK.

Y que en estudios preclínicos, en animales, se habían encontrado ciertas sustancias tóxicas.

Entonces, la fuente como que deja abierta la pregunta, ¿no? Si los ensayos clínicos se aceleraron demasiado, si primó la urgencia sanitaria o quizás, bueno, otras consideraciones más políticas.

Entiendo.

Y mientras todo esto pasaba en Europa, del otro lado del charco, en Estados Unidos, las fuentes señalan preocupaciones parecidas sobre cómo se manejó la información.

Exacto.

Se hace referencia a un informe, este viene de un subcomité del Senado de Estados Unidos, liderado por el senador Ron Johnson, que bueno, es conocido por ser bastante crítico con estos temas.

Ajá.

¿Y qué acusa ese informe? Pues acusa directamente a agencias como los CDC y la FDA.

Las agencias claves, ¿sí? Claro.

De haber retrasado o minimizado información sobre posibles efectos adversos, sobre todo en jóvenes.

La alegación fuerte es que había correos internos que mostraban que ya sabían de ciertos casos, como desmayos en chicos jóvenes.

Vaya.

Pero que se habría decidido, digamos, ser cautos para no sonar alarmistas.

Esa es la frase que se menciona.

Y ante esos posibles efectos adversos, las fuentes dicen, si se podían haber tomado medidas preventivas, ¿había algo que hacer? La información analizada sugiere que sí, que de hecho se conocía la utilidad de pruebas bastante sencillas, como la de troponina, que es un marcador de daño cardíaco.

Claro.

Y también la recomendación de descansar después de vacunarse.

Algo que, bueno, un estudio suizo de 2023 parece que confirmó, pero quizás ya tarde.

La acusación central es esa, que no se pusieron en marcha protocolos preventivos adecuados a tiempo en Estados Unidos.

Entonces, si conectamos los puntos que presentan las fuentes, por ejemplo,