T603 - DANCING QUEEN: El último Waltz de Ilyana Krast - Relatos Inspirados - TERRAESCRIBIENTE 5f143g

Terra Escribiente. Relatos e historias de Terra y de otros mundos.

Bienvenidos, valientes exploradores de mundos inexplorados. Esto es, Relatos de Terra Escribiente, una travesía a los vastos reinos de Warhammer 49, la Edad del Sigmar y fantasía en general.

Prepárate para sumergirte en epopeyas donde la guerra es eterna, donde dioses inmortales se enfrentan, y cada destino es forjado en el crisol de la batalla.

Desde las sombrías profundidades del milenio 41 hasta los migrantes y mágicos paisajes de la Edad del Sigmar, exploraremos relatos originales que desafían el tiempo y el espacio, donde héroes nacen de las cenizas y traiciones acechan en las sombras.

Cada historia es un eco de leyendas, un grito de lo desconocido.

¿Estás listo para descubrir aventuras épicas, seres míticos y conflictos monumentales? Nos sumergiremos en relatos que te transportarán a universos donde la imaginación no conoce límites.

Cada narración es una producción original, creada para cautivar la mente y avivar el espíritu. Así que afila tus armas y prepara tu mente, porque cada capítulo será un viaje inolvidable, lleno de giros inesperados y relatos que te dejarán sin viento.

Esto es Relatos de Terrascribiente. Comencemos esta grandiosa aventura.

Viernes por la noche, en el puto subsector Kiro. Las luces están bajas porque los putos generadores están fritos y los cielos reventados por la artillería orbital de los hijos del emperador. En el promontorio desollado donde solía estar la colmena Luxifera hay sólo ruinas, cadáveres y una joven de 17 años con el casco ladeado, un rifle láser prestado y sangre seca salpicándole los labios.

Se llama Ilyana Krast y esta noche va a bailar. Busca un sitio a donde ir, un sitio donde la música suene bien. En este caso, música significa el aullido de la metralla, el compás de los Volters, vomitando muerte el ritmo delicioso de los cuerpos cayendo con las tripas abiertas. Tiene el pulso acelerado, los ojos como brasas.

Está buscando pelea, está buscando gloria y la va a encontrar. El comandante ha muerto, los oficiales han muerto, hasta el comisario fue tragado por una aberración con cara de pene invertido y garras de pesadilla. Sólo quedan los que quieren bailar con la parca y Ilyana se levanta, ajusta la correa de su arma, se lame los labios y dice vamos a darle ritmo a esta mierda.

Salta sobre una barricada de escombros y cae como una puta fiera. No espera órdenes, no busca cobertura. Su cuerpo se mueve al compás de la muerte, dispara a un marino traidor que estaba empalando a un soldado con su cuchillo de energía, le vuela media cara, gira, dispara de nuevo, otro cae con el cráneo destrozado.

La noche es joven, la música está alta y todo está bien con un poco de rock, el rock de West Virginia.