Sonidos Cofrades 23 - 04 - 2025 5b4q50

Muy, muy, muy buenas, buenísimas y cofradieras noches, queridos amigos, amigas, oyentes, al otro lado de las ondas. Nos vemos una noche de miércoles más, donde volvemos a encontrarnos al calor de los acordes de la música de nuestra esencia, de la dulzura de una nota que penetra en nuestro corazón, de un redoble de tambores que nos hace vibrar y de un toque de corneta que nos acelera, una composición final que nos lleva a volar lejos y a navegar en lo más profundo de aquellos objetivos y metas, sentimientos y felicidad, la vida misma. Señoras, señores, sean bienvenidos a este subprograma una noche de miércoles más, hoy 23 de abril del año 25. Y sí, ya hoy estamos con la resaca de una semana grande que nos ha dejado ya como ese huracán que llega, te agita y te deja huérfano una vez se va.

Eso es la Semana Santa para todos aquellos que sentimos la magia de lo cófrade en nosotros. Y bueno, se pueden hacer muchísimas valoraciones, se puede estudiar y se puede debatir muchísimas cosas de las que hemos visto en esta en esta Semana Santa, sobre todo empezando por los mejores momentos que todos seguramente recordamos y tenemos en nuestro ser.

Esos momentos especiales donde nos hemos sentido, hemos sentido ese pellizco de la Semana Santa, esa emoción de hemos vibrado viendo quizás nuestra hermandad favorita, quizás nuestra hermandad que desde niños hemos sentido, o quizás saliendo de penitente, como siempre, detrás de nuestro Cristo, de nuestra Virgen.

Momentos únicos, momentos que nunca se olvidan, momentos que quedan marcados a fuego en la experiencia de la vida. Pero vamos a dejar mejor para otros programas, quizás, que se dedican más a esto, el debate, el debate y la polémica de esta Semana Santa, que siempre la hay, por desgracia.

Estamos llegando a un punto en el que, nos guste o no nos guste, la Semana Santa se convierte en algo de lo que hay que hablar y no es lo importante, que es lo que va sobre el paso de camina, sobre los pies de los costaleros. Y eso es lo que realmente debe de hacernos pensar y debe de hacernos reflexionar.

De esta Semana Santa se pueden decir muchísimas cosas, sí señores, se pueden decir muchas cosas.

Quizás se puede debatir sobre cómo caminaba una hermandad, sobre cómo tocaba una banda, pero para mí lo más preocupante, quizás, creo que esto es un mensaje que hay que lanzar a los que organizan este tipo de eventos, a quien organiza la Semana Santa, que no es un evento cualquiera, es el evento más importante de la ciudad de Sevilla, tendrían que plantearse que esto no es un juego de improvisación, esto debe de ser algo serio, algo preparado durante el año, algo en lo que hay que trabajar y hay que trabajarlo en consenso, no dando palos de ciego, no haciendo oídos sordos, no haciendo reuniones que no llegan a nada. No puede ser que una ciudad como Sevilla, que tiene el centro de la ciudad, señores, eso creo que debería saberlo todos, si no lo saben, claro. Tiene el centro de la ciudad más grande de toda Europa, pero a la misma vez se empequeñece, se empequeñece cuando llega esta semana, porque se masifica.

Y bien es cierto que esta Semana Santa ha sido pobre en público, sí es cierto, pero bien es cierto también que el público de Cofrade, que está llegando últimamente a nuestra Semana Santa, es un público distinto al de otras veces. Un público que va más en busca de la coreografía, de la música, quizás, de esos pasos de andar alegre y de esos cambios, más que ir en busca de esas hermandades de recogimiento o silencio, ¿no? Todo respetable, claro está, a cada uno le gusta lo que quiere, todo eso es importante saberlo.

Pero claro, esto hace que muchos puntos de la ciudad se conviertan en auténticas ratoneras. Y este año, sin ir a menos, pues hemos tenido muchos lugares cortados, s que antes estaban abiertos, cerrados, y claro, esto ha provocado que la gente no sepa cómo moverse por la ciudad. Ha habido momentos de mucha confusión, momentos en los que ha habido auténticas bullas, y decimos siempre los sevillanos que en la bulla en Sevilla no pasa absolutamente nada, porque es algo natural.