Sin Ánimo De Incordiar 2025-02-11 3x1h4e

Las Palmas FM. Comienza Sin Ánimo de Incordiar, un espacio de análisis de los
principales retos de nuestro tiempo y de búsqueda de soluciones de interés
general. Sin Ánimo de Incordiar, un programa de
Xavier Aparici y compañía. Bienvenidos. Gracias a Donald Trump, el
presidente electo número 47 de los Estados Unidos de Norteamérica,
conocemos el auténtico rostro de la plutocracia adinerada norteamericana.
Trump es un empresario multimillonario perteneciente al centenar de los más
acaudalados que lleva en décadas ejerciendo su preponderancia en los
gobiernos de este país. Asimismo es el líder del partido conservador, la
reaccionaria formación política que pugna con el muy moderado partido
demócrata por el poder de las instituciones de gobierno de la gran
potencia. Y siendo la primera persona que ejerce el cargo, habiendo sido
condenada penalmente por el sistema judicial, ha obtenido por segunda vez la
presidencia.
Con este currículum económico y legal, Donald Trump ha reescrito el concepto de
populismo y con un estilo histriónico, agresivo e irrespetuoso de hacer
política, ha llevado la manipulación del electorado estadounidense a cotas nunca
vistas. Y en el ejercicio de sus funciones como mandatario de la potencia global
más fuerte, practica las mismas maneras. Son características sus negociaciones
despiadadas, consistentes en amenazas visibles y factibles, basadas en el
desmesurado poder del gendarme mundial que representa.
Ya no hay disimulos ni paños calientes en la acción política, todo se reduce a
la ley del más fuerte. Un modo de hacer que hace moneda corriente de la violencia
y la corrupción y de la brutalidad y la impunidad. Como el principio mafioso de
plata o plomo al que tanto se asemeja, representa una pérdida de valores
extrema, degrada profundamente la ética pública y deja múltiples víctimas y a
menudo cómplices obligadas de su yugo.
Tanto dentro del país como en el ámbito internacional lo que es más grave pues
trasgrede el principio de que las relaciones estén basadas en normas de
previsibilidad y estabilidad, igualdad y justicia, cooperación y resolución
pacífica de conflictos y protección de derechos humanos y valores fundamentales.
Todas ellas imprescindibles para mantener la estabilidad, la cooperación y la paz
en el mundo. La política así es equivalente a hacer la guerra por otros
medios.
Gracias a Trump se acabó lo que de los fines últimos que lo que los fines
últimos de la política y la gobernanza son crear países y un mundo más justos
y pacíficos. Se trata de poseer, explotar y oprimir de abyecto poder desnudo hasta
hace poco disfrazado de neoliberalismo. Y porque como explicó en su discurso de
investidura su visión es que América primero. El sueño americano que a
principios de 1900 era sinónimo de justicia social, igualdad económica y
realización de oportunidades personales, se ha transformado en la pesadilla de
que sólo los más fuertes tienen derecho a prevalecer. Donald Trump y sus aliados
también han desempolvado la absurda creencia de que Norteamérica tiene un
destino manifiesto, arraigada en la historia de Estados Unidos durante el
siglo XIX y que sostenía que tenía destinado por una fuerza superior el
derecho a expandirse y dominar el continente norteamericano, lo cual trajo
consecuencias nefastas para los pueblos indígenas que fueron casi extinguidos y
para México