
Descripción de RetroManía30 #72 (May'94) 5e5z52
Celebramos el sexto aniversario de RetroManía30 y MicroManía Segunda Época como siempre con programa especial con los oyentes. Este año, agradecemos la participación de los siguientes oyentes y colaboradores: - Espetero y Rafa, presentadores del podcast Vivo con un friki, por la introducción del programa. - Javi, de Geotrichum podcast, RetroHobby 2.0 y Superjuegos30, por la review de Ultima VIII. - Carlos Perezgrín, eterno ganador del arcade de Willow de Micromanía, por la review de Beneath a steel sky. - Francisco Javier, aka Pooky, por la review de ‘Lawnmower Man’. - Jairo DSN, colaborador de Proxima Centauri, entre otros, por la review de WWF Rage in the cage. - Laertes con su sección ‘Con alas y a lo loco’. Cargamos RetroManía30 en el minuto 44. ¡Nos vemos el finde en RetroBarcelona 2025! Enlace a MicroManía #72: https://archive.org/details/micromania-segunda-epoca-72 575m42
Este contenido se genera a partir de la locución del audio por lo que puede contener errores.
Bienvenidos a Retromanía 30, el podcast que conmemora los 30 años de la segunda época de la revista Micromanía.
Este mes repasaremos el número 72, correspondiente a mayo de 1994, en un programa muy especial donde celebraremos el sexto aniversario de RM30.
Y para ello pues cuento con la ayuda de mi inestimable compañero Rafa, ¿qué tal Rafa? Hola, ¿qué tal José? ¿Cómo estamos? Muy bien, pues nada, hay que ir recuperándonos, volviendo a iniciar la vida, ¿no? La vida después de este falso descanso que nos engañan diciendo que es la Semana Santa, ¿no? Esa semana en la que, que es activamente, que bonita era la juventud cuando llegaba esa semana entera.
Que tenía una semana que hacía los deberes, el primer día que tenía, hacía los deberes para que tenía toda la semana, bueno, había algunos que hacía los deberes el último día.
Que también era la mayoría porque a mí me llegaba a llamar alguno, oye, tú que has puesto no sé qué y que se supone que había que hacer los deberes de esto, pero esto era para el lunes o para cuándo.
A mí me tocaba hacer los deberes de mi hermano Manuel que decía, no, no tengo deberes y cuando llegaba el domingo a las nueve de la noche nos miraba a todos y decía, yo tengo que hacer deberes que no me he acordado.
Y yo decía, mi padre, ayuda a tu hermano, y el ayuda a tu hermano era, hazle los deberes a tu hermano.
Hazle los deberes.
Pues sí, yo, yo, bueno, no tenía hermano, yo tenía mi hermana y tengo mi hermana que es mayor, claro, yo no podía usar esa táctica, pero a mí sí me llamaba gente, compañeros, para que le ayudara a hacer los deberes, preguntándome, preguntándome.
Alguna vez, si es verdad que tenía dudas y llamabas a algún compañero, oye, esto había que entregarlo, si no esto lo dijo, ¿era voluntario o era, bueno, obligatorio lo de hacerlo? Pero bueno, pero sí, sí, yo me acuerdo esa semana interminable, ¿no? Eran diez días, porque claro, tú empezabas las vacaciones el viernes, el primer viernes de antes de los...
El primer viernes antes de Semana Santa, el primer fin de semana antes de Semana Santa.
Que al final, yo siempre me lío, ¿ese es el viernes de dolores o el viernes de qué? No sé, lo que yo hago, no sigo la Semana Santa, no soy yo muy creyente dentro de mi vida cotidiana.
No, no, vamos a ver, yo tampoco, pero no sabemos si nuestros oyentes lo serán o no, que de hecho, bueno, pues nos pueden dejar algún comentario, ¿no?, ¿cómo vivían ellos la Semana Santa? Pero, pero el que tú no seas creyente no significa que no te vieras implicado en todas las cosas.
Tío, hombre, claro, porque al final...
Que no te vayas implicado en todo, porque la Semana Santa está ahí, no hay otra.
Se parece, además, pues tienes la suerte o la desgracia de vivir en una ciudad con un poquito de... que visitan mucho los turistas, pues la verdad es que se complican un poquito las cosas.
Se complican un poco las cosas.
Sí, sí, pero bueno, nosotros como tiernos infantes, nosotros teníamos nuestros ordenadores o nuestras consolas y la verdad es que vivíamos en nuestro mundo, ¿verdad? Vivías en tu mundo y estábamos ahí disfrutando, esa programación fantástica que teníamos.
Yo recuerdo lo típico de las familias, de ir a ver las procesiones y demás, y los primos más mayores y demás, pues quedarnos en la casa de las familias y lo típico, jugar o estar chicos en la calle y poco más, mientras que los mayores disfrutaban de su Semana Santa.
No, no, yo acompañaba a mis padres hasta que, bueno, ya fui lo suficientemente grande, mayor o lo que sea, y me iban al pueblo, o sea, yo a la semana, yo me tiré mucho, muchos veranos y muchas vacaciones que iba al pueblo y allí pues, tú sabes, los pueblos, allí no hay hora para levantarte ni hora para acostarte.
O sea, yo un niño de 10, 12 años en la calle hasta las 12, las 1 de la mañana y sin problema.
Cosa impensable a día de hoy, ¿no? Pero bueno, ha cambiado, los tiempos cambian, las circunstancias cambian, pero sí, sí, las vacaciones la verdad es que se disfrutaban muchísimo.
Y bueno, pues nada, preguntarte, ¿cómo la has vivido tú? ¿Has disfrutado de esa programación? ¿Has visto Ben-Hur? ¿Siguen echando Ben-Hur en la tele? Yo como el Benito de Manolo y Benito, yo cuando pongo Ben-Hur es para dormir.
Y yo cuando pongo Ben-Hur es para dormir.
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