Respuesta a Adriana 41s6o

Cuando te despertás por la mañana, en una fracción de segundo aparece la idea de un yo personal.

Este es mi cuerpo, esta es mi historia, me siento bien, me siento mal, aparece el flujo de pensamiento que llamamos mi pensamiento, como me pasa a mí, yo existo.

Y ahí comienza la ilusión, entre comillas, de todos los días.

Vos vas a ver, querido amigo, querida amiga, los maestros o las personas que conversan de esta experiencia vas a ver que casi todos se detienen en explicar de dónde sale ese yo transitorio.

La explicación es tan simple, y después te digo por qué no lo dicen, porque podría ser que no lo digan por un montón de factores.

Yo supongo, yo supongo cuáles podrían ser.

La explicación es tan simple como que ese yo personal surge de la actividad cerebral, nada más.

No hay nada extraordinario, en todo caso todo es extraordinario, todo es milagro, todo es conciencia, todo es Dios, todo es amor.

¿Cuántas palabras más podemos utilizar para definir lo que es? No van a ser palabras o frases pobres, incluso vacías.

Más o menos nos van a dar alguna idea vaga, remota, de lo que en realidad es.

Lo que sí te aseguro que no hay un yo personal, que simplemente es una proyección de la mente.

No es como lo quieren hacer ver porque esta es la causa.

¿Por qué no lo dicen? Podrían no estar de acuerdo, podrían tener una visión más profunda que la mía, podrían estar iluminados y captar algo que yo no capto, lo que sea.

Podría haber mucha explicación, pero ¿sabes qué intuyo yo? Que quieren dejar entre puntos suspensivos un misterio que tiene solución tan fácil, porque hoy la neurociencia lo confirma, que simplemente es mente.

La mente es producto del cerebro, no mucho más que eso.

No hay nada extraordinario, o sí todo es extraordinario.

Pero al dejar en puntos suspensivos y no hablar directamente de eso por los motivos que dije, yo lo que creo es que quieren que las personas tengan una idea, cuando se aproximan a esta experiencia, de que no son, de que no hay ningún yo personal, pero ese yo personal, en todo caso, es Dios, tiene origen en Dios.

Sí, todo es Dios, pero no hay una claridad sobre eso.

Entonces la persona dice yo no existo, pero en realidad yo soy Dios.

Bueno, sí, está bien, pero eso que vos decís yo soy, simplemente es tu cerebro.

Si los perros tendrían el cerebro nuestro, los perros dirían yo soy, yo me llamo Juancito, yo me llamo Pedrito, armarían sociedades, crearían ejércitos, crearían religión, invadirían países, formarían familias y generarían otras estructuras bastante parecidas a las nuestras.

Y nosotros, si no tuviéramos el cerebro que tenemos, estaríamos colgados de los árboles.

Apenas, si tuviéramos una capacidad baja para procesar la información, el mundo, apenas tendríamos conciencia de ser un yo, un ego muy pequeño, sin muchas herramientas para interactuar, para crear, para generar tecnología, para unirnos y generar sociedades cada vez más potentes, cada vez más elaboradas con una cultura muy poderosa, muy rica.

Bueno, no lo podríamos hacer todo esto.

Pero la idea de dejar esos puntos suspensivos y no decirlo de una forma tan directa, podría ser, por eso yo estoy abierto a todas las posibilidades, y además está claro que yo no soy ningún maestro y en todo caso soy consciente de mis propias limitaciones y de mi propia ignorancia.

Podría ser porque sean más iluminados, porque tengan una ambición más profunda, pero mi impresión es esa, que simplemente le quieren hacer creer a la gente o quieren ellos creer, auto engañándose, que son más importantes de lo que son.

Entonces no viene el yo de la actividad cerebral, es una proyección divina.

Sí, está bien, todo es Dios, todo es Dios, pero me parece que hay que hablar claro.

El yo personal no tiene mayor importancia, más que para nosotros los seres humanos, en el universo de la que tiene.

Simplemente...