Residentes Academia de Cine: Natalí Cardet Ricardo 4t3b6e

Soy Nenata Licardes Ricardo, residente de la Academia de Cine con el proyecto Pina, un largometraje de animación.

Soy graduada de guion de la ICTB, la Escuela Internacional de Cine y Televisión en San Antonio de los Baños, Cuba.

Ahí me introduje por dirección de arte de varios proyectos, cortos, películas, pero rápidamente descubrí que lo que quería hacer realmente era contar, contar algo.

Entonces escogí guion porque tengo un trasfondo muy visual también.

También soy graduada de diseño gráfico en el Instituto Superior de Diseño de La Habana.

Y entonces quería calzar lo que sentía, que para contar una historia es muy importante y yo no tenía muy desarrollado.

Entonces me decidí por estudiar guion y Pina es mi proyecto de tesis de la Escuela de Cine.

Ya llevo casi siete u ocho años desarrollando este proyecto que al principio lo abordaba como una ficción en todas reglas y ahora mismo se ha convertido a una animación que es un terreno donde me siento mucho más libre y confiada y creo que tiene que ver más con mis habilidades a la hora de construir imágenes, dibujar, tener a otros recursos que combino con la palabra para lograr expresarme.

Este proyecto surge, podemos decir, desde que tengo ocho años aproximadamente.

Pina es una especie de alter ego que yo me inventé para refugiarme de la situación de mi familia que puede describirse como un poco entre violencia doméstica y mucha represión.

Un hogar en Cuba donde a pesar de ser promocionado como un país libre, muy sexual o sensual, mi casa era el antónimo de esto.

Entonces, desde esa edad empecé a evadirme, por así decirlo, de los problemas de mi familia y me inventaba con este personaje todo lo que no podía hacer en mi realidad.

Entonces cuando llego a la Escuela de Cine me decidí que esta historia tenía que contarla, que fuera mi tesis.

Si tuviera que describir Pina, diría que es la historia de una mujer, en este caso yo, porque es un proyecto que escribo directamente desde mi vivencia personal y varios eventos históricos que se entrelazan con la genealogía de mi familia en Holguín, que es una provincia del oriente de Cuba.

Entonces yo soy esa mujer que antes fue una niña y que necesita liberarse de la fantasma de su pasado.

Hay una cosa que es muy peculiar en mi familia, que tanto mi mamá como mi abuela, como mis abuelas y mis bisabuelas, son mujeres que querían casarse y nunca lo lograron, por alguna razón u otra.

Y parece que este destino familiar me ha marcado a mí y a Pina, por supuesto, y nos inspiró a hacer una promesa hace mucho tiempo de que nosotros tampoco nos vamos a casar porque la persecución del matrimonio mira lo que trae.

Apoyaba en eso que veía de mis padres divorciándose, las familias de mis amistades totalmente desprovistas de amor, de un cariño que yo decía, bueno, se supone que las familias tienen que amarse, pues me hizo prometer que yo no me iba a casar nunca y que mucho menos iba a tener hijos para quitarme estos problemas de arriba.

Veinte años después, casi tengo la edad de mi mamá cuando decidió tenerme a mí y parece que hay algo, una herencia invisible que se transmite en los genes que aún no me abandonan y es la que me motiva y me impulsa a crear esta película como un recordatorio de lo que yo no quiero que se me olvide y lo que no quiero que se me olvide es esa libertad a la que yo aspiro y a la que estas mujeres que conforman mi pasado y que, por supuesto, viven dentro de mí, querían aferrarse tanto, pero querían aferrarse como lo dicta la sociedad en la que ellas vivían.

Yo siento que, a pesar de no complacerlas a ninguna de ellas, en mí vive la oportunidad de reivindicarlas y de tener otra vida.

A mí me hubiera gustado tener una crianza feliz y una familia amorosa, pero aún no consigo amar plenamente a una madre que me dio golpes, ni a mi abuela, su suegra, que le hizo la vida imposible, ni a mi antecesora, esclavita, que me mató.