Relatos de Terror - El Forjador de Maravillas 5n5m4i

El forjador de maravillas de james fletcher bryan uno forjador de maravillas una pequeña calleja he olvidado su nombre a decir verdad prefiero no recordarlo parte oblicuamente de kazán street inmediatamente antes de que estén impetuosa arterias se precipiten el parque luego se baten bruscamente en retirada y desciende hasta el east river como si disgustada por el olor de sus viejas ropas hubiera decidido lavarse en aquel curso de agua de todos modos es evidente que con esta excelente intención ha contribuido a llevar a cabo la construcción de la calzada imaginaria mencionada en el antiguo adagio ya que sigue siendo una calle sucia en toda la acepción de la palabra nunca ha podido librarse de la tara de la basura hebraica que ha heredado de la arteria de la cual nace está cubierta de un barro grasiento como si fuera hermana gemela del gueto de roma me gustan las calles llenas de cuchitriles no es que sea deseado por naturaleza no hay una sola gota de sangre napolitana en mis venas pero por regla general descubro cierto sedimento de filosofía ni esos arroyos una calle limpias resulta espantosamente prosaicas la mente no encuentra ning un alimento en unas aceras cuidadosamente barritas unos adoquines estériles en unas casas trivialmente inmaculado en cambio cuando paso por una calle abandonada a sí misma durante tanto tiempo que ha acabado por adquirir unas características claramente definidas encuentro en ella muchos temas de reflexión los trozos de papel mojados por la lluvia que yacen en la calzada tienen un sentido contienen quizá las desesperadas súplicas dirigidas por tom el oficial panadero a amelia la hija del mercero que vende siempre con pérdida a causa del incendio que acaba de rozar su tienda tal vez tomen personal que pasa ante mí con su delantal blanco y miró las ventanas de la mercería que no muestra ninguna huella de un incendio reciente con la esperanza de ver a amelia agitando un pañuelo blanco ese trozo de piel de naranja sobre la cera me inspira a otros pensamientos quién caerá al resbalar en ella quién sino la atareada madre de seis hijos el menor de los cuales tiene apenas nueve meses y que viven todos de su trabajo la resbalar y caer veo su pálido rostro convulso por el sufrimiento y los inútiles esfuerzos que hace por levantarse la muchedumbre compadecida que se amontona alrededor de ella y que la priva del aire que necesita el joven médico que acertaba a pasar por allí su examen del miembro roto de la víctima quejumbrosa su dubitativo movimiento de cabeza la camilla a hombros de cuatro hombres las puertas del hospital de nueva york que se abren la investigación del lugar del accidente también encuentro tema de meditación en la persona de ese niño de tres años cubierto de harapos que lleva una máscara de mugre y que lanza un trozo de ladrillo a otro niño de tres años igualmente cubierto de harapos y también con una máscara de mugre no es difícil predecir que está destinado a vivir emboscado en la sombra hasta su muerte su rostro achatado y feo al menos lo que puede verse de él no tiene aspecto de estar hecho para la luz tantito el fango en el cual se revuelca ahora no es más que un símbolo del fango morales el cual se revolcaba más tarde la débil y pequeña mano que en este momento se alza para golpear a su camarada medio en serio medio en broma la alzará para siempre contra todos sus semejantes los trip con este nombre quise bautizar aquella calleja no es un lugar muy interesante los comercios más raros parecen haberse dado cita en ella para formar una colonia mercantil de las más excéntricas en una esquina se encuentra la tienda de un pajarero cuyas paredes están cubiertas de pequeñas jaulas que con tienen pardillos papá fijos canarios mirlos minos y otras cien especies que solo los naturalistas conocen inmediatamente enfrente hay un almacén en el cual venden únicamente adornos hechos con hojas de otoño de vivos colores barnizadas y pegadas de modo que asuman diversas formas un poco más abajo hay un tenderete de libros viejos que parece una garita achatada y ofrece la notable característica de no con tener una sola serie completa de ninguna obra entre dos inmuebles de mediana altura hay una especie de hueco en el cual un hombrecillo bonachón un francés fabrica y vende ojos artificiales varios ejemplares de los cuales alineados en el escaparate sobre un almohadón de terciopelo negro os miran al pasar con una mía