Programa 150 - Especial 150 Programas con Unai 1q1k2z

Pues bueno, aquí estamos en Sin Ánimo Ni Lucro 150, programa especial, porque traemos un invitado, por lo que en total somos cuatro personas, está muy bien.

Así que bueno, voy a aprovechar, ya que es el 150, a enlazar como hacíamos antiguamente, yo soy Landero Gosecki y hoy me acompañan Aritz y Borja, nuestros habituales, digamos, ¿qué tal lo lleváis, la semana y eso? Resumen rapidito.

Mal.

¿Borja mal, Aritz? Mal. Está bien, ¿qué pregunta es esa? Aritz mal, está perfecto. Y hoy tenemos a otra persona, que no sabemos si está bien o mal, pero ya nos irá contando, que es Unai. Unai, ¿qué tal? Bienvenido, gracias por venir también.

Hola, gracias por tenerme aquí y bueno, la semana va con ganas de que acabe.

Bueno, encaja bastante bien en el podcast.

Si vienes a Sin Ánimo Ni Lucro, tienes que venir Sin Ánimo Ni Lucro, que bueno, por hacer un resumen, ha sido un poco difícil hacer un podcast muy profesional por parte de ambos, la verdad, porque nos has dicho cómo hago cosas random en la previa, pero bueno, mejor, porque así tenemos más que desarrollar. Te quería mostrar aquí, porque en este podcast hablamos de cultura pop en general, de todo este rollo de videojuegos, animes, series, películas, y en este caso nos vamos a centrar en los videojuegos, puesto que tú trabajas como programador de videojuegos. Hasta aquí vamos bien, ¿no? Hasta aquí bien.

Vale, vale, entonces ahora os preguntaréis cómo he llegado hasta aquí. Vamos a ir poco a poco, porque yo entiendo que acabas en el instituto, bachiller, esas historias, y ahí está la gran pregunta que todos nos hacemos, en plan, ¿qué pasa ahora? ¿Qué pasa? Yo no sé si eras de esas personas que lo tenía ya fijo, que querías dedicarte al mundo de los videojuegos, o lo que te tiraba era más la programación y una cosa llegó a la otra. ¿Cómo recuerdas esos días de elegir ciencias, letras, una carrera u otra? ¿Cómo te has ido? ¿Ya lo tenías? Sinceramente no tenía ni idea de qué cojones quería hacer. Lo único que escuchaba eran mis padres detrás diciéndome, tú vas a la uni y yo, pero tú vas a la universidad.

Y yo como, vale, va, vale, muy bien. ¿Qué estudio? No sé, lo que tú quieras, pero vas a la universidad. Y ahí quería hacer, sabía que me gustaban los videojuegos, porque le he metido horas y digo, pues vamos a ver a ver si puedo hacerlos. Y por eso me metí en informática, sinceramente. Otra razón, que tampoco es tan amable de decirla, era de las notas de corte más bajas que había. Literalmente no necesitabas ni aprobar para entrar. Pero por casualidad...

¿Es que la menos lleves cinco? Algo así, porque justo el año antes al que yo pasase era el antiguo modelo y se habían cargado como todos los que habían entrado, casi todos, así que nadie quería entrar.

Y digo, bueno, pues será el destino, ¿no? Claro, es que más o menos, me suena que mi generación, yo soy del 92, me suena que mi generación fue la primera que hicimos eso de evaluar sobre 14 en vez de 10 con la selectividad de España. Entonces a ti te pillaría y...

Sí, justo después.

Yo casi fui la beta y ya vosotros, los profesores y tal, tenían algo por donde guiar, porque nuestros profesores estaban agonizando.

Yo cuando me debí haber tocado no era así.

No lo comí el primero, esa movida.

Por eso digo, yo soy del alfa.

Nosotros somos de la generación de los que ni siquiera la hicimos, ¿sabes? Si, si, si, si. Yo no llegué a hacerla y tampoco hubiese podido, pero bueno, ahí está.

Bueno, ¿y qué recuerdo traes de la carrera? ¿La recomiendas? No, cero.

¿Qué carrera fuiste? No.

Ya está.

Para que te hagas una idea, tengo que avisar a un compañero de trabajo que es como, le saco que ocho años casi, pero el tío nunca hizo universidad ni nada, literalmente nada más salir de estudiar lo que fuera, se empezó a aprender programación como de verdad se hace, y ahora el tío sabe mogollón.

O sea, literalmente yo siento que el 90% del tiempo que invertí en la universidad fue la basura.

Salvo tres profesores, cuatro como muchos les salvo, el resto es como relleno, literalmente capítulos de relleno de la playa.

O sea, tres profesores en cuatro años o cinco.

Sí, cuatro.

Bueno, que luego encima además por el efecto titulites me metí a un máster, porque ¿por qué no? Que eso también fue muy interesante porque lo recomiendo menos.

No sé si se puede recomendar menos que no, pero ahí está.

Chicos, no estudiéis.