Primeras Impresiones 5x09 | Doraemon 193g44

Doraemon, tío, tengo que hacer la declaración de la renta y no tengo ni idea de cómo montar todo esto, ¿me puedes ayudar, por favor? Novita, me tienes negro ya, me tienes negro, pero bueno, no te preocupes, no te preocupes.

Tengo aquí la solución definitiva, dame que la busque en mi bolsillo mágico...

¡Toma una hostia con toda la mano abierta! Y déjame en paz, coño, que me voy por ahí, a por una gata.

Muy buenas noches, surferos, estamos en un nuevo Primeras Impresiones.

Y como ya habréis adivinado, ya sabéis de qué estamos hablando.

Se viene en Primeras Impresiones de un manga clásico, de un manga mítico, y no hablamos de otro que de Doraemon, de Fujiko Fujio.

Y aquí conmigo está, con su gorro cóptero, la única persona que va con gorro cóptero a surfear, Oli, buenas noches.

Buenas noches, Ale, y llego antes que nadie, así que no te quejes, ¿eh? Hombre, llega el primero, por supuesto, pero lo que los surferos quieren saber, lo que todo el mundo quiere saber, Oli, ¿llevas o no llevas puesta la bandana de Doraemon que dieron el sound del cómic de Barcelona mientras grabamos este Primeras Impresiones? Hombre, yo filo a Doraemon, lo llevo aquí como mi corona, tío.

Pues yo la tengo aquí puesta al lado del curasao.

Pues sin más historia, vamos para allá.

Bueno, pues como hacemos en todos los Primeras Impresiones, vamos a empezar hablando de los autores.

En este caso son dos, porque Fujiko Fujio no es ni más ni menos que el seudónimo de dos autores completamente diferentes.

Efectivamente, Hiroshi Fujimoto y Moto Abiko, dos autores nacidos en los años 30 y desafortunadamente ya fallecidos, pero bueno, que se conocieron cuando estudiaban en primaria y desde entonces hicieron muy buena amiga y empezaron a compartir su afición por el dibujo.

Y ya te digo, desde los años 50 que empezaron a trabajar, estuvieron colaborando los dos hasta que ya se separaron en 1987.

Es decir, un montón de tiempo y un montón de obras que dejaron a su espalda.

Tanto tiempo y tantas obras.

Y también decir una cosa, que es que los dos hacían un poco las funciones indistintas de guionista y dibujante.

Un poquito como lo que pasaba con Kevin Nisman y Peter Lerr, que a veces se dividían las labores de dibujo y de guión.

La verdad que está muy chulo, tío.

Sí, la verdad que una cosa muy curiosa, los dos le daban a los dos palos y la verdad que eran un equipo, hacían muy buen equipo de hecho por eso mismo, porque podían alternarse y se vio, porque una vez ya se separaron, los dos abarcaban ambas cosas, tanto el guión como el dibujo, pero no en su obra separada, digamos.

Pero bueno, podemos decir también que su influencia más fuerte en cuanto a las obras que hacían y demás era Osamu Tezuka, yo creo que es algo que se nota bastante, ¿no? Quien llegó a decir de ellos que se iban a convertir en grandes figuras del manga, porque obviamente eran coetáneos, coincidieron en el tiempo.

Pero también hay que decir que les gustaba mucho, y también es algo que creo que se nota, el tema de la animación y del cómic americano, ¿no? Por ejemplo, las dos cositas de Hannah Barbera.

Claro, es que eso fue una influencia para ellos muy grande, y se nota, lo que tú dices, se nota bastante en su obra.

Pero bueno, ya dejando hablar de todo esto, vamos a meternos si quieres en la obra en sí, quitando Doraemon, que podemos decir que es la obra más grande, y la que hoy nos ocupa también, tenemos que mencionar otras cuantas que aquí en España nos suenan al menos en la animación.

Por ejemplo, esa Ninja Tori.

Exacto, tío. Una obra que, bueno, como tú has dicho, nos llegó la serie de animación aquí, el manga no nos ha llegado nunca, pero bueno, se publicó en el 64, tuvo 16 volúmenes, y bueno, como mucho sonará, cuenta la historia de un ninja que se instala en la casa de un niño y de su familia, todos normales, ¿no? Y que se dedica un poco a ayudarle con sus problemas diarios.

La verdad que es una obra que sigue mucho, ¿no? El rollito de Doraemon, es una especie de Doraemon primigenio, ¿no? Y con un ninja, obviamente, en vez de con un gato robot.

Sí, sí, y también te digo que es menos pesada, ¿eh? Al menos para mi gusto, porque no duró tanto en el tiempo.

Como tú lo has dicho, solamente esos 16 tomitos, así que...

Comparando con Doraemon, pero bueno.

Otra que tenemos por aquí es Akai Butsukun, de 1965, que está de 21 volúmenes.

Otra comedia, obviamente, donde un príncipe de un mundo lleno de monstruos viaja a un mundo humano junto con sus sirvientes.

O sea, que os podéis imaginar el follón que se trae ahí en medio.

Sí, casi todas siguen ese rollito de las comedias, muy apuntando un poco a un público más infantil, que también pasa, por ejemplo, con esa Perlman, de 1966, de solo 4 volúmenes, donde un niño adquiere poderes gracias a un casco y una capa especiales, ¿no? Y que al final, bueno, es uno de esos primeros manga, ¿no?, que seguía un poco la estela de los superhéroes americanos.

Otra que tenemos es Nijue Shimon, también del 68.

Los años 60 fueron especialmente prolíficos.

Esta es más cortita, está de 5 volúmenes.