Txarli Azcona, misionero capuchino, vive en la Amazonia ecuatoriana, en el Vicariato Apostólico de Aguarico, donde el obispo Alejandro Labaka y la religiosa Inés Arango dieron la vida por defender los derechos de las poblaciones indígenas. Txarli Azkona, testimonio misionero desde la Amazonía ecuatoriana. Amazonía ecuatoriana Txarli comenta que "tengo una experiencia de 40 años de misión en la Amazonía ecuatoriana, concretamente en el Vicariato Apostólico de Aguarico. Realmente digo que lo mejor que me ha pasado en la vida es haber conocido a Jesucristo y después haber estado en el Ecuador. Estuve un tiempo en la sierra, luego en la costa y la gran mayoría he estado en la Amazonía". "La Amazonía es una tierra maravillosa, es embrujante, los ríos, las lagunas, la selva es maravillosa. Con una cantidad de pueblos originarios, tenemos también dos pueblos que todavía no tienen o con la civilización, otros de reciente o. Es una riqueza, una maravilla de naturaleza, de pueblos, pero esta maravilla la estamos destruyendo. La Amazonía tiene la reserva más grande de la humanidad. Por cada cuatro vasos de agua que tomamos, uno viene de la Amazonía. El 25% del agua está en la Amazonía y eso es lo que alertamos. Estamos en riesgo, estamos en peligro. Estamos ante una catástrofe, el exterminio de los pueblos y la destrucción de la maravilla de la naturaleza". Situación actual Txarli recuerda que "yo veía los mecheros, veía las estaciones de petróleo, pero no me daba cuenta de lo que realmente había. Formamos una Comisión de Derechos Humanos. La gente venía diciendo "se me han muerto ocho cabezas de ganado..., se me ha muerto el caballo...". Empecé a averiguar qué ha pasado. Íbamos a los ríos y todas las aguas de formación con todos los químicos se echaban a los ríos y la gente tomaba ese agua y los animales tomaban ese agua y se morían. Comencé a ver los primeros casos de cáncer y eso me golpeó tremendamente cuando yo visitaba las familias. Mucha gente iba a Quito y les decían, "ya es tarde, su cáncer está avanzado, vaya a la casa a morir". Eso me desgarró el corazón, ver cómo a las gentes se le morían los animales, cómo morían las personas y ahí es cuando comencé a profundizar un poquito más, a hacer las denuncias ante el Ministerio del Ambiente pero no les hacíamos ni cosquillas". "El poder compra los jueces, compran todo. Ahí es cuando me vino algo muy fuerte que es la indignación. Cuando tú ves el dolor de las personas y eso lo adentras en el corazón, dices, "algo puedo hacer, tengo que hacer conciencia, tengo que movilizar". Txarli explica que "la situación ahora es muy grave hemos llegado a un momento en que ya no se respetan los derechos humanos, no se respetan los derechos de la naturaleza. Hay una voracidad de sacar la riqueza del petróleo y ahora peor, la minería". "Desde ahí vengo aquí ahora a hacer conciencia a la gente de Bizkaia. Comparto experiencia en la comunidad de la Diócesis". Delegación de Misiones Manuel Heredia, Delegado de Misiones, afirma que "qué nos va a despertar más que precisamente ese testimonio misionero que nos está transmitiendo Txarli. No son palabras leídas, no son la teoría, sino que es lo que ha vivido, lo que ha visto, lo que ha oído y lo que ha sentido. Eso es lo que nos tiene que llevar a despertar esa conciencia misionera de todo cristiano y de toda cristiana. Porque la dimensión misionera nuestra nace precisamente de la misión del hijo y la misión del Espíritu Santo, arraigada en el el amor gratuito de Dios. El Padre envía a su hijo y él al Espíritu Santo y al mismo tiempo envía a su Iglesia. Y cada lugar del mundo, cada rincón del mundo, ahí es nuestro lugar, para el cristiano todo lugar es su patria". Obispo de Agurico Alejandro Labaka y la religiosa Inés Arango El misionero Alejandro Labaka y la religiosa Inés Arango dieron la vida en la Amazonía ecuatoriana por defender los derechos de las poblaciones indígenas. Txarli recuerda que "estamos en el proceso de beatificación tanto de Monseñor Labaka como de la hermana Inés Arango. Ellos ofrendaron la vida. Es la grandeza de estos misioneros que vieron la realidad, se enamoraron de esa gente que para el estado no cuentan nada, para el poder ellos son un estorbo". "Hablar de la Amazonía es hablar también de sinodalidad y es hablar también del Papa Francisco. Esa experiencia del Papa Francisco, de ese conocimiento, de ese trabajo comunitario desarrollado durante años en la Amazonía, fue el que le sirvió de inspiración precisamente para traer la periferia al centro. Es decir, la experiencia de la Amazonía extenderla a toda la Iglesia", concluye Manuel. "El Papa Francisco nos encargó, "defiendan la Amazonía, defiendan los pueblos" y cuando uno ve que hay gente que está muriendo porque no tiene salud, porque no tiene educación, cuando saquean todos los recursos de allá, entonces uno dice, aunque sea mi granito de arena que es muy pequeñito, tengo que hacer conciencia", concluye Txarli.