
Descripción de PERLAS 05 - Humphrey Bogart 49446y
Fue uno de los actores más icónicos del siglo XX saliéndose de los moldes del cine clásico gracias a su halo de nobleza, categoría, modernidad, un punto de tormento interior y un halo de misterio. xb4m
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Hola, queridos amigos y amantes del cine.
Bienvenidos a una nueva entrega de estos capítulos especiales cortos de Filmotecast, en los que nos estamos centrando en diferentes motivos especiales de la historia del cine clásico que nos gustan y apasionan a todos, pero que quizá no merecen un capítulo tan en profundidad como otros que vamos realizando, y que hoy quiero empezar con un pequeño ciclo, no sé cuánto puede durar, de pequeñas biografías de actores, directores, cineastas del cine clásico que sé que, como a mí, te pueden chiflar, y que hoy vamos a comenzar por la puerta grande, hablando de uno de los grandes, de los grandísimos actores carismáticos del cine clásico, uno de esos actores que sé que, como a mí, te roban el corazón.
Hoy empezamos estas perlas de Filmotecast con Humphrey Bogart.
No era el más alto, ni el más guapo, ni el más viril, ni el más encantador.
Al revés, era bajito, feo, delgado, y sus personajes siempre eran antipáticos.
No encajaba en el molde de galán, ni en el de hombre glamuroso, ni siquiera en el de villano, y, sin embargo, su aspecto curtido por la vida y de hombre complejo le convirtieron en uno de los actores más carismáticos de su tiempo, que las mujeres deseaban conocer y al que los hombres ansiaban parecerse.
Perfecto gángster, mejor detective privado y eterno, atormentado, de lo que no hay duda es de que Humphrey Bogart fue un icono de la cultura pop del siglo XX.
Él, un hombre del XIX.
Había nacido en Nueva York el día de Navidad de 1899, hijo de un médico famoso y de una reputada ilustradora sufragista.
El joven Humphrey fue a varios colegios elitistas del Upper West Side, de los que le iban echando sistemáticamente por díscolo.
La Marina lo enderezó y en ella sirvió durante la Primera Guerra Mundial, de donde volvió con una cicatriz en el labio superior que le cambió para siempre su forma de hablar, dando a su acento un deje especial, nasal y profundo, que supo explotar como nadie, hasta el punto que los guionistas de la Warner acabarían escribiendo los diálogos para adaptarlos a su extraña manera de pronunciar.
Sin ningún interés por los estudios, al volver a Nueva York, empezó a trabajar en Broadway como director de escena hasta que debutó como actor en un papel menor en 1922.
A partir de ese momento, interpretaría siempre a jóvenes de buena cuna y mejores modales, pero con un toque irónico y temperamental, interpretándose quizás a sí mismo.
Y allí permanecería en su propia vida, y allí permanecería en su querido Nueva York hasta 1930, porque el crack del 29 hizo mella también en los teatros, pero menos en Hollywood.
La soleada California le deparaba a Humphrey Bogart dos grandes amistades, una Spencer Tracy y otra Leslie Howard, y además dos contratos mediocres, uno con la Fox y otro con la Warner.
Su primer gran papel en el cine le llegó precisamente por la exigencia de Leslie Howard a la Warner para que interviniera en el bosque petrificado en 1936.
No es ningún cáster, es un auténtico y viejo desesperado.
Los cáster son extranjeros y él es americano.
Ya verás cuando el sheriff se entere de que está aquí, veremos un buen tiroteo, ¿verdad, Duke? No es probable que la policía nos localice esta noche, así que podemos estar tranquilos, callados y tomar unas cervezas juntos, escuchando música, y no cometer ningún error.
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