"PASIÓN POR LA IGNORANCIA" - Renata Salecl 5j5c11

Pasión por la ignorancia, bajo el subtítulo ¿Qué elegimos saber y por qué?, es un libro de la filósofa y socióloga eslovena Renata Zalekl, publicado en inglés en 2020 y traducido al español en 2022. La imaginación humana ha fantaseado repetidamente con la idea de que un medicamento o alguna terapia pudiera ayudarnos a ignorar partes de la realidad que nos resultan insoportables.

Y en los últimos años puede verse esta fantasía en producciones de ficción como los Simpsons o Black Mirror, pero no se limita solo a la ficción. Los seres humanos hemos encontrado, sin la ayuda de ninguna sustancia, la manera de negar o ignorar lo que amenaza nuestro bienestar. Porque las personas a menudo utilizan la ignorancia o la negación cuando se acercan a descubrir algo que les resultará insoportable.

El psicoanalista francés Jacques Lacan usó el término pasión por la ignorancia para describir de qué manera sus pacientes se esfuerzan por no reconocer el motivo de su sufrimiento, aun cuando acudían a él con el objetivo de conocerlo.

Pero no solo las personas tratamos de evitar el conocimiento traumático, las sociedades hacen lo mismo, buscan la manera de negar aquella información que pueda socavar las estructuras del poder o el orden existente. Es paradójico, pero en nuestro tiempo, en la llamada sociedad del conocimiento, el poder de la ignorancia ha adquirido una fuerza sorprendente.

En tiempos en que la información nos inunda, surgen nuevas angustias.

¿Qué significa dicha información? ¿Quiénes accederán a ella? ¿Quiénes podrán manipularla? Michel Foucault escribió largamente sobre la relación entre poder y conocimiento, pero actualmente la relación entre poder e ignorancia merece la misma atención.

El acto de ignorar algo, ya sea consciente o inconscientemente, adopta formas diversas.

A veces, negar lo que vemos con cierta claridad puede ser una estrategia indispensable para la supervivencia. Por ejemplo, la negación perpetúa el miedo colectivo que es imprescindible para que se impongan relaciones de poder. Porque negarse a reconocer las estructuras de poder que nos someten, nos permite evitar tener que enfrentar la necesidad de desarmarlas.

No debemos perder de vista lo importante que es para los mecanismos del poder que nosotros no entendamos ni sepamos el modo en que operan.

En tiempos dominados por la fantasía de acceder a la verdad sobre nosotros mismos, mediante la genética o el big data, y donde la avalancha de fake news nos impide discernir cuál es la información confiable, nos sorprende que la ignorancia crezca.

Hay dos maneras de pensar la ignorancia. Por un lado, relacionada con los hechos o las cosas. La falta de conocimiento o deseo de saber. Otra forma de la ignorancia es la relacionada con los vínculos con los demás. Elegir ignorar a una persona o negar ciertos comportamientos. Hay una diferencia sustancial entre el acto de ignorar y el estado de ignorancia.

Aunque suenen idénticos, no lo son. Ignorar algo significa negar su importancia o hasta su existencia. En cambio, ser ignorante de algo es no ser consciente de su presencia. La diferencia entre acto de ignorar y estado de ignorancia conlleva entonces una distinción moral. Existe un estado de responsabilidad en el acto de ignorar y un estado de inocencia en la ignorancia.

Es habitual que el término ignorancia se utilice en un contexto negativo. Sin embargo, la ignorancia y el acto de ignorar cumplen un rol esencial en nuestras vidas.

Por ejemplo, sin ignorancia no existiría el amor, porque ignorar los defectos del otro puede mantener vivo el deseo. Tampoco podrían criarse a los hijos sin la ignorancia de ciertas actitudes de los niños. Incluso el dormir requiere de olvidar los acontecimientos del día a riesgo de caer en el insomnio. Y hasta los buenos modales y la urbanidad requieren de ignorar algo por cortesía.

Del mismo modo existe una ignorancia estratégica, cuando ignoramos señales que podrían generarnos problemas, lo que llamamos hacer la vista gorda, ya que percibir y comprender el mundo que nos rodea implica decidir qué es lo importante para nuestras necesidades.