Otoño de terror 2. Jack el destripador. Ratas en las paredes. 505t2w

Muy buenas. Segunda sesión de Otoño de Terror. Este viaje por el Londres de 1888.

Algo del carro, que conducía el carro, pero no sé, la calesa, ¿no? Nada, que dejo esto en manos de Rodri, que es el que dirige.

No, lo vuestro no es una calesa, lo vuestro es un Hanson-Carve.

Sí, sí. Es un carro de Scotland Yard, con en la puerta el símbolo de Scotland Yard, y vais montados dentro, y tal como se ve la imagen, de pie, con una especie de fusta o esto, va dándole al animal el cochero, que es un chico joven, dijimos, Stevie, y va más lento porque el bullicio en las calles, ahora por la mañana, cuando dejáis este asilo de Lambeth, el bullicio en las calles es mayor. La gente, la ciudad, despierta. Y no os imaginéis una ciudad como ahora, con un tráfico totalmente arreglado, ni un transito de peatones.

La gente cruza donde puede. Va cargando sus cestas, sus cajas. Va, incluso algún vecino lanza agua por la ventana. Y lo que no sé es a qué lugar le habéis dicho que vaya Stevie.

Yo creo que estamos un poco debatiéndolo aún, porque yo, Tomás, soy partidario de ir a la morgue. No creo que en Spitalfield encontremos a esta mujer, a la amiga de nuestra víctima, a la amiga de Marianne. Supongo que trabajará de noche, ¿no? Yo creo que la morgue podría ser el siguiente paso, sin olvidarnos de hacer una visita a Benjamin Back, que es el periodista, y alguna cosa más. De hecho, estaba pensando que la víctima estaba separada.

Igual su ex marido la echaba de menos, se dio cuenta que se estaba acostando con otros por algunos peniques, y se ha cobrado una venganza.

Muy bien, muchacho. Veo que los engranajes están empezando a girar.

¿A la morgue? ¡Stevie, a la morgue! Y doy un golpe en el techo.

La morgue está, o por lo menos donde la han llevado, vamos a poner, que es en los Bajos de Schollandjahr.

Y allí es donde trabajáis, donde tenéis vuestro despacho.

Y allí, cuando llegáis, bueno, durante el trayecto os podéis cruzar con otros coches de mercancías, con carros como el vuestro, y con los landos negros de clase social más alta, ¿no? Y que van con las cortinillas echadas para tener la inscripción.

Y cuando llegáis y os bajáis y echáis pie en la calle, al paso os sale una persona, una persona que conocéis.

Es John Paul, uno de los testigos.

¡Agente! Y se dirige a Thomas.

¡Agente! ¿Se acuerda de mí? Bueno, ha sido hace unas horas, pero me imagino que va a recordar.

Sí, recuerdo tu cara. ¿Ha recordado algo? Sí, estaba trabajando y me dije, voy a ir a hablar con la policía porque hay algo que me vino a la cabeza.

Me pongo una mano en el hombro y miro a ambos lados de la calle.

Aunque entiendo que hay bastante tráfico, pero la conversación puede quedar así.