Los Nuevos Detectives "Víctimas en aumento" 385c2g

Según las escenas de este programa, fueron grabadas nuevamente, incluyendo imágenes de la investigación.

Lo llaman el estrangulador de la ladera.

Pero en realidad pudieran ser dos criminales.

Al no encontrar pistas y con cada vez más mujeres asesinadas, los investigadores se enfrentan a una lucha cuesta arriba.

En los parques hay muchas veredas, pero solo un asesino de la vereda.

Cuando la escena del crimen son todos los lugares al aire libre, ¿cómo los detectives lo encontrarán? Una carretera está repleta de cuerpos de hombres jóvenes.

Las autoridades conocen la identidad del asesino de la Interestatal, ¿pero podrán probarlo antes de que mate otra vez? Impulsado por la emoción del crimen, un asesino en serie no se detiene por sí solo.

Mientras más se tarden en atraparlo, el número de víctimas será mayor.

Los nuevos detectives, casos estudiados por la ciencia forense.

Víctimas en aumento.

Todo empezó durante Halloween en 1977.

En las laderas del norte de Los Ángeles, la luz de la mañana reveló algo terrible a uno de los residentes de un tranquilo vecindario.

En su patio delantero, yacía el cuerpo de una mujer desnuda.

Estaba muerta.

Para que sus niños no vieran el cuerpo, la cubre con una lona.

El detective Franz Salerno fue uno de los primeros en llegar.

Cuando recibí la llamada, me dijeron que podía ser una sobredosis.

Pero cuando vi el cuerpo, sin lugar a dudas, pensé que era un asesinato, y no una sobredosis de droga.

Había marcas de ataduras en su cuello, muñecas y tobillos, lo que indicaba que la víctima fue atada y estrangulada hasta morir.

También fue violada.

La policía no tenía idea de quién era la víctima ni de dónde venía.

La única posible pista encontrada fue el fragmento de una fibra blanca en una de sus pestañas.

No era mucho, pero era lo único que tenían las autoridades.

Pero el detective Salerno observó algo más que podía ser crucial en su búsqueda.

Era la posición del cuerpo.

Parecía que la habían colocado en el lugar, no que la hubiesen lanzado allí.

Fue como si dos personas la hubiesen cargado, tal vez desde una camioneta, como si la hubiesen sacado de una camioneta o algo así, y uno la hubiera llevado por los brazos y el otro por las piernas, y ambos la colocaron allí.

Tuve la ligera impresión de que se trataba de dos personas.

Los investigadores consideraron este estrangulamiento brutal y la forma en la que el criminal se deshizo del cuerpo como un incidente aislado, otro más de los asesinatos ocurridos en Los Ángeles.

Pero ese homicidio era sólo el principio.

Menos de una semana después, una corredora se encuentra con el cuerpo de una mujer desnuda que yacía a plena vista al lado del camino.

Con ese segundo cuerpo aparece un patrón mortal.

Ambas víctimas fueron violadas, estranguladas y dejadas a plena vista.

Cualquiera podía haber encontrado esos cuerpos, dejados en colinas poco inclinadas.

La única diferencia era que los cuerpos eran distintos, pero tenían las mismas marcas en las muñecas y estaban en lugares similares.

Las marcas de los tobillos estaban casi en el mismo lugar.

Las marcas en la garganta eran iguales, las mismas marcas de ataduras.

Supimos entonces que había uno o dos asesinos en serie responsables de dos muertes.

Pero los asesinos no se detienen.

La prensa, sin saber que la policía busca a dos sospechosos, llama al asesino el estrangulador de la ladera.

El 20 de noviembre, un niño de nueve años jugaba cerca de su casa cuando vio lo que parecía ser un asesino.