NTSD ft. NSH-BD #75 - Neuropsicología del Amor 41e4q

Y lo hacemos hablando de psicología con el psicoterapeuta Javier Sánchez Gil. Javier, muy buenos días.
Muy buenos días Gemma, ¿qué tal? Muy bien, hoy vienes muy romántico, ¿no? ¿O qué es esto del cerebro enamorado?
Sí, sí, es que últimamente estamos muy románticos. Pues bueno, es que existen muchos tipos de amor
y puedes querer a tu pareja, a tus amigos, a tu familia, a tu país, a tu mascota o algún objeto que te tengas especial cariño.
Aún así, cuando hablamos de amor romántico estamos hablando de algo diferente, cuyos circuitos cerebrales funcionan de una manera específica
que hoy vamos a intentar desentreñar.
Vale, empezamos por ese deseo que es el amor, claro, vamos a definirlo, ¿no?
Eso es. El amor, como tú bien dices, es un deseo de unión emocional con otra persona o un impulso
que te hace pues querer estar todo el rato con esa persona de la que estás enamorado.
Además, cuando es correspondido, es un sentimiento profundo y satisfactorio, siendo una emoción bastante compleja
porque es el resultado de la agrupación de otras emociones mucho más simple.
Pero lo que pasa es que aquí habría que separar, entiendo yo, cerebro y corazón, siempre se ha dicho eso, ¿no?
Por un lado va el corazón, por otro la razón, uno se enamora antes que el otro...
Sí, claro, todo ese tipo de procesos, cuando vamos a hablar del cerebro enamorado
tenemos que tener en cuenta que hablamos de manera individual, pero también hablamos de los dos cerebros en interacción, por supuesto.
Vale.
Y es que a nivel evolutivo, parece ser que el amor es una evolución natural de lo que conocemos como atracción animal,
relacionada más con esa atracción directamente de necesidad de reproducción y supervivencia de la especie.
Ahora bien, ¿qué pasó exactamente? Parece ser que la explicación más plausible fue que los seres humanos nos dio por bajar de los árboles y comenzar a caminar erguidos.
He oído que las hembras de nuestra especie comenzaran a llevar a sus crías delante en lugar de en la espalda,
teniendo como consecuencia la necesidad de que alguien específico las protegiera y procurara la supervivencia de esas crías.
Por tanto, cosas en nuestro cerebro tuvieron que pasar.
Cambió la circuitería cerebral, ayudando a la aparición de sentimientos de compañerismo, de ayuda, de vinculación y, en definitiva, de amor.
Por tanto, estamos más que precableados para engancharnos a otras personas.
Unos cables que además están muy delimitados dentro de nuestra cabecita.
Eso es, y es que a nivel cerebral, todos estos cables que ayudan a la vinculación y al amor están, como tú dices, bien delimitados en zonas cercanas al sistema límbico,
sistema relacionado con la supervivencia.
Parece ser que todo comienza con un impulso sexual, luego da paso al enamoramiento y, por último, a un sentimiento de amor más profundo y duradero.
A pesar de todo, también puede ocurrir al revés, y que de una bonita amistad, de compartir momentos con alguien,
aparezcan sentimientos relacionados con el respeto y la iración, creándose así la vinculación afectiva.
Vale, bueno, sí, esto nos suena a todos. Yo creo que nos hemos visto en ambas situaciones, alguna vez.
Totalmente. Vamos a ver las dos áreas que están implicadas del cerebro en esto del amor.
Vale.
La primera es el área tegmental ventral, alabrejas.
Está situada en el cerebro medio. Es el área encargada del circuito del refuerzo y de la dopamina.
Es la que, al estar activa, da la necesidad de estar todo el rato con esa persona.
Algo bastante parecido a una adicción. De hecho, es el mismo área que se refuerza cuando tenemos una adicción o cualquier otra sustancia.
De ahí que se diga, oye, es que estoy enamorado, este enamoramiento me ha enganchado, porque, al final, la conducta de nuestra mente es muy similar, como dices.
Exactamente. Por otro lado, también tenemos el núcleo caudado, que es la parte que se encargaría de integrar las emociones y atracción con los pensamientos generados en la corteza prefrontal en relación a la otra persona.
Unimos todo lo que pensamos con las emociones y lo que hacemos es la historia mucho más fuerte.
Claro, el cóctel ya perfectísimo para caer rendidos, ¿no?
Para enamorarse totalmente.
Vale.
Ahora bien, los estudios de resonancia magnética advierten que, aunque nos podamos enamorar rápidamente de alguien y sentamos ese vínculo, esa conexión,
no es hasta más o menos el año de relación que empezamos a sentir sentimientos fuertes de vinculación y de tener esa sensación de haber encontrado a la persona con la que construir.
Por último, es necesario hacerse una pregunta. ¿Se puede predecir el amor verdadero? ¿Qué cosas ayudan a que una relación dure mucho tiempo?
Las personas que siguen enamoradas después de muchos años tienen en común dos puntos.
Por un lado, desactivan juicios de valor negativo hacia los otros y sientes respeto y iración por la persona que tienes al lado.
Parece ser que no estar juzgando todo el rato la conducta del otro y sí fijarse en aquellas cosas que te gustan, pues ayuda.
Y por otro lado, diluir la individualidad y aumentar la percepción del otro como parte de uno mismo.
Es decir, comenzar a ver el futuro como algo conjunto y no desde el yo individual, pues también es un buen indicador.
Vale, a ver si todo el mundo ahora está examinando minuciosamente...