Noctuariopt 8y9 El medico-El hombre demonio Cuaderno de la moche Thomas ligotti AunPasoDelAbismo 5.1 275x6q

Camacho este programa insensato se incluyen las mozas insufribles le recomendamos encarecidamente que no lo escuchan superviviente al apocalipsis de la realidad has venido a matar al aburrimiento hasta los portazos las galletas al tiempo que por algo fresquito a la nevera hoja con tu imaginación el umbral de ensueño decibelios como me llaman en esta ciudad sin nombre y te invito a una sesión doble de cine pertenecientes noctua área de thomas ligotti el médico y el hombre demolido pero ten cuidado no te pierdas en la oscuridad puede que termines padrísimo vaya vaya y abres y cuando pienso en su infancia todos esos gusanitos tango nuestra historia habla de un hombre con grandes ambiciones le gusta matar seres humanos malignos y lo hace ante el público eso sí que es espectacular así que agarra bien muchachos vais a pasar mucho miedo el médico otra fiesta en esta ocasión muy apartada una destartalada casa vieja al borde del bosque pinos de fondo y aguijonea vale la luna todo el mundo tenía un aspecto horrible el peor que jamás hubiera visto pero de alguna manera vestían con elegancia las mujeres con rostros color de cera llevaban largos vestidos con largas mangas rematadas en guantes de satén medias negras cubrían lo poco que podía haber de sus piernas y el poco pelo que les quedaba lo usaba para ocultar con patética precariedad la amarillenta y sedosa piel de sus frentes mandíbulas y mejillas un minucioso maquillaje de ojos les ayudaba enormemente por su parte los hombres recurrían a gafas oscuras y grandes sombreros con amplias alas un canto las vías al menos la mayoría de los hombres iban así ataviados en esta ocasión y cuánto desee que los que no iban a ser cubiertos lo estuvieran todos sostenían copas de champán de delicados tallos de cristal y galaxias de burbujas pero incluso un cristal tan exquisito parecia sobrecargar en exceso sus delgadas manos difíciles de controlar era de suponer que se derramaba bebida con frecuencia aunque como siempre se esforzaban porque las pérdidas de líquido fueran mínimas fui testigo de dos de estos contratiempos que dejaron empapados los frontales de los caros vestidos de noche de las pobres víctimas y estoy seguro de que hubo muchos más afortunadamente el champán era de un líquido incoloro el doctor había mostrado gran consideración en este detalle sólo dejaba un manchón de humedad que se secaba pronto decidí llevar gafas oscuras para variar pero mi espesa cabellera peinada seguía distinguiendo entre la multitud el doctor me reconoció casi inmediatamente