
MM29 - Un viaje de ida y vuelta al Inframundo griego 5o5b6v
Descripción de MM29 - Un viaje de ida y vuelta al Inframundo griego 54736q
¿Te vienes conmigo de excursión al Inframundo griego? Tranquilx, tenemos billete de ida y vuelta. ⭐Narrado por Castiel⭐ Sigue Enigmítica en redes sociales: -Facebook: https://www.facebook.com/enigmitica -Instagram: @enigmitica -Twitter: @enigmitica -TikTok: @enigmitica -Telegram: https://t.me/enigmitica -WhatsApp: https://whatsapp.com/channel/0029VaDHGEE4yltMQ1R6pS1q -YouTube: https://www.youtube.com/@enigmitica -Email: [email protected] -Invítame a una copa de hidromiel: https://ko-fi.com/enigmitica Música intro y outro: "MicroMitos· de Enigmítica Música fondo: "Underworld" de Myuu 6i5f4t
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El eco de mis pasos resonaban el estrecho sendero que descendía lo más profundo de la tierra donde el aire era pesado y la oscuridad parecía tener vida propia estaba solo pero la presencia de las almas que habían caminado antes que yo llenaba el ambiente me dirigí al hades el inframundo de los antiguos griegos un reino temido tanto por dioses como por mortales no era un lugar para los vivos pero allí estaba yo decidido a cruzar los umbrales de la muerte al llegar a la orilla del río aqueronte vi al barquero caronte la figura sombría que transportaba las almas de los muertos su mirada vacía se posó en mí mientras se extendía la mano esperando su paga recordé las monedas que llevaba conmigo las cuales serán esenciales para realizar el cruce sin ellas no habría entrada a este reino le entregué una y con un gesto lento y monótono me indicó que subiera la barca el viaje por el aqueronte fue tenso las aguas oscuras fluían con una calma antinatural pero se escuchaban lamentos de las almas errantes que no podían encontrar descanso cuando llegamos a la otra orilla descendí en un terreno estéril donde el viento aullaba y la oscuridad parecía palpable a lo lejos distinguí las puertas del hades custodiadas por cerbero el temible perro de tres cabezas el monstruo vigilaba que ningún alma saliera pero también que ningún intruso entrara me acerqué con cautela pero recordé que cerbero no atacaba los vivos a menos que se sintiera amenazado respiré hondo y con paso firme pase bajo sus ojos vigilantes el inframundo se extendía ante mí según las historias estaba dividido en distintas regiones los campos elíseos para los virtuosos el tarn claro para los condenados y los prados asfódelos donde vagaban la mayoría de las almas indistinguibles entre sí en una existencia vacía y eterna a medida que me internaba en el corazón del inframundo el aire parecía más denso como si estuviera cargado con la desesperanza de las almas que vagaban por el lugar a lo lejos distinguí la figura de minos el juez de los muertos quien decidía el destino de las almas según sus actos en vida lo ví levantar una de sus serpientes doradas mientras dictaba el veredicto para un alma recientemente llegada los gritos de desesperación del condenado resonaron las cavernas mientras era arrastrado hacia el tártaro caminé hasta los campos asfódelos donde las almas de los muertos comunes deambulaban sin rumbo atrapadas en una existencia sin placer ni dolor allí vi figuras espectrales que parecían carecer de identidad envueltas en un manto gris al observarlas comprendí la tragedia de ese lugar las almas estaban condenadas a perder todo recuerdo de su vida pasada vagando sin fin por una eternidad sin significado el silencio era absoluto salvo por el susurro de almas que de vez en cuando se acercaban a mí preguntando quién era o qué buscaba finalmente mis pasos me llevaron a los campos elíseos el único rincón del inframundo donde parecía haber algo de paz aquí descansaban los héroes y los virtuosos aquellos que habían llevado una vida digna a lo lejos en un campo bañado por una luz suave y dorada vía figuras como aquiles que había alcanzado la inmortalidad en los relatos pero que ahora vivía en una tranquilidad lejana ajeno a las glorias de su pasado los campos elíseos parecían una utopía en comparación con el resto del hades pero incluso aquí la sensación de melancolía era palpable mientras retrocedía hacia la salida volvía a pasar junto a cerbero y caronte y no pude evitar reflexionar sobre la inevitable destino de todos los mortales acabar en este reino de sombras más allá del poder de los dioses del olimpo la eternidad era la verdadera reina aquí volver a la luz del día era casi surrealista y me llevó un tiempo recuperar el sentido de la vida terrenal pero el eco del inframundo nunca se desvanecería por completo en mi mente había caminado por los dominios de hades y aunque había vuelto una parte de mí permanecía allí perdida entre las sombras
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