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Buenas tardes, Maika.

Buenas tardes.

Hoy tenemos un programa muy especial, porque vamos a hablar de literatura, vamos a hablar de libros, y para ello tenemos a Maika Rivera, de Literocio, que nos acompaña aquí, y es una de las mayores expertas en todo lo que tenga que ver con algo escrito.

Por lo menos de las mayores entusiastas, eso sí.

Es un placer tenerte con nosotros esta tarde aquí en Renacimiento, y vamos a entrar directamente en materia, porque estamos hablando de libros.

¿Qué futuro tiene el libro? Porque, claro, tenemos libros electrónicos y un mundo que va avanzando cada vez más hacia todo lo que tenga que ver con lo digital, pero, ¿qué papel juega ahí el libro físico? ¿Todavía tiene utilidad el libro físico? Bienvenidos a Renacimiento, un podcast de Tritoma.

A la primera pregunta, ¿cuál es el futuro?, yo creo que podemos decir, y a ver si así nos animamos y autoalentamos todos, que tenemos el futuro que queramos.

Es el momento, además, de reclamar, como siempre, como siempre hacemos, un mayor apoyo a todos los niveles, institucional, empresa pública y privada, para que realmente el libro tenga ese futuro que queremos.

El sentido del libro en formato físico, pues todo el sentido, y cuanto más digital sea todo, más sentido tendrá el libro, pero hay que seguir peleándolo, es decir, hay que, además, devolver, creo, al libro, al centro del espacio público, y esos espacios públicos que hemos perdido, hay que volver a recuperarlos y rescatarlos.

Y cuando digo recuperarlos y rescatarlos, lo digo también en sentido físico, precisamente, tenemos que recuperar esa fisicidad, y el libro físico lo que nos da también es, creo, ese pozo de serenidad, no es solo, que me parece, además, absolutamente legítimo, ese disfrute que te da un libro físico de un ritual especial y diferente, y que nos ponemos un poco estetas ahí también, y lo disfrutamos de una manera distinta, es que también yo creo que el libro físico te predispone con una actitud a la reflexión, a tener un espíritu crítico distinto, porque te invita a la serenidad, a pausarte, incluso a trabajarlo, los puristas se me echarán encima, pero a subrayarle un poquito con el lápiz, y eso mismo, incluso hay estudios que avalan, que genera otro tipo de procesos en el cerebro, que afianzan y que aprendes de otra manera también todas esas informaciones.

Al final es diferente, tú hablas de ese ritual que hay en torno al libro físico, pero es algo que es imposible tener con un libro digital, porque un libro digital, estamos de acuerdo, nos da herramientas, lo podemos escribir en él también, grabar incluso notas de voz, etc., pero nunca permite lo mismo que permite un libro físico, ese misterio que tiene un libro físico viejo, medio roto y aún así, sigues encontrando ahí algo que no vas a encontrar nunca en algo digital.

Aparte de la romantización, yo soy muy romántica para todo esto, creo que también como tú, pero, aparte y además, yo creo que es que, como bien dices, es muy sugerente de otros universos...

Yo también soy romántica en el sentido de reivindicar, como los románticos del siglo XIX, la imaginación como otro medio de conocimiento.

Esto creo que es muy claro hoy en día con la poesía todavía, hay otro tipo de conocimiento que te da frente, se me ocurre, al ensayo, por ejemplo.

La poesía te permite acceder a otros territorios de una manera distinta, más intuitiva, y eso tiene un punto romántico, pero tiene también un punto que se puede argumentar y razonar, y yo creo que ahí el libro físico es el rey.

Y, aparte, todas estas batallas que son tan complicadas cuando llega algo tan tremendo como la inteligencia artificial, las ganamos en el mundo del libro con el libro físico, es decir, esto es algo que suelo comentar con los editores, sobre todo editores independientes de este país, y es que donde somos imbatibles es, precisamente, en el cuerpo a cuerpo, y el cuerpo a cuerpo del libro se hace con un libro físico, se hace en una feria, en un festival, se hace con un autor y se hace con un ejemplar físico, y eso es lo que se hace en la poesía.