M51 Xenoglosia, Exorcismos y el Poder de la Sugestión. 2r4w5u

Cerrar los ojos, dejar que la imaginación vuele, porque es instante fugaz en que la realidad se quiebra, un murmullo en una lengua olvidada, un estallido de fuerza sobre un mano que levanta a un hombre de su silla, voces guturales que parecen no brotar de garganta alguna, resuenan, resuenan desde el antiguo testamento hasta las salas de hospital de hoy, la creencia en la posesión demoníaca ha marcado a la humanidad con terror y asombro. Esta convicción tan arraigada en culturas diversas sostiene que los exorcismos no son mero teatro, sino rituales para expulsar fuerzas que trastornan cuerpo y mente. Y es que, aunque la ciencia los ve con escepticismo, más del 80% de las religiones del mundo reconocen alguna forma de exorcismo.

Y es que nos estamos despidiendo con un viaje por lo más profundo de la mente humana.

Posesión, problema mental, esquizofrenia, apertura con la mente con nuestra energía del velo que nos separa entre ambos mundos. Entre los fenómenos más desconcertantes asoma la xenoglosia, esa habilidad supuestamente paranormal de hablar o comprender un idioma inédito sin haberlo aprendido. El término propuesto por el parapsicólogo Charles Richet en 1905 viene del griego lengua extranjera y divide los casos en recitativo, frases inconexas y responsivo, lo que viene siendo diálogos coherentes.

Y aunque hasta la fecha no existe evidencia científicamente isible que confirme un solo episodio auténtico, el interés persiste en círculos de investigadores de la conciencia y la reencarnación.

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Y una vez dicho esto, os traigo más datos, porque uno de los pocos informes formales apareció fijaos en 1976 en la revista Journal of the American Society for Physical Research, donde se relataba el caso de Gretchen.