Lo estás intentando. Mal, pero lo intentas. 5e5v4v

Bienvenidos a un episodio más. Espero que hayáis pasado un buen apagón.

La cosa ya cada vez se pone más distópica.

Y espero que estéis pasando un estupendo puente de mayo.

Y si no tenéis puente, espero que tengáis planes interesantes para este fin de semana.

Soy Laura, psicóloga, y respondo a preguntas que me enviáis al e-mail laura.lauramente.com Una oyente me escribió lo siguiente...

Bueno, Fanny, pues malas noticias.

Antes de hablar de motivación y metas, una cosa importante.

Para ti, que estás ahí escuchando.

Que a lo mejor no tienes metas, ni estás ahorrando para montar un negocio, comprarte un piso, hacer un viaje, aprender a tocar un instrumento...

Para ti también hay hueco.

Porque hay mucha pos en esto del desarrollo personal.

Y simplemente estás bien.

O quizá no estás tan mal, pero vas tirando.

Oye, eso está bien.

Que no tienes un gran para qué.

Que no te levantas todas las mañanas con fuegos artificiales en el pecho.

No te hace falta buscar tu pasión, porque estás bastante a gusto sin ella.

Bien por ti.

No estás roto, no te falta nada.

Porque toda esta movida de tener propósitos, objetivos, de encuentra el por qué, es sólo otra moda si se convierte en una obligación.

Porque hay personas que no tienen grandes metas y están en paz.

Y hay otras que tienen 20 metas y no se soportan.

Así que no te compares con la vecina que corre maratones, ni con la gente de redes sociales que te dice que si no madrugas a las 5 de la mañana, estás desperdiciando tu vida.

Estás viviendo a tu manera y eso ya es suficiente.

Metas.

Tener 500 euros más en la cuenta.

Tener el pelo más brillante.

Ligar más.

Ir de viaje a Tailandia.

Tener un santuario de tortugas.

No eres especial por tener metas.

Ni porque quieras perder 10 kilos, ni porque quieras emprender.

Tener metas no te hace especial.

Te hace humano, como los otros 7 millones de habitantes del planeta.

Las metas no son tan importantes y creo que están sobrevaloradas.

Tener metas no aumenta la posibilidad de conseguirlas.

Lo que sí lo hace son los procesos, las acciones que te conducen a los resultados que quieres.

Y la gente se centra demasiado en sus metas y poco en el proceso para conseguirlas.

Eso, sumado a que las cosas cuestan, requieren esfuerzo, y conseguir algo es un proceso lento, pues hace que la gente rápidamente se desanime y tire la toalla.

Y ya vienen frases del tipo Me falta motivación.

Y no.

Así que, funny.

El consejo es que hay que hacer las cosas sin ganas.

Por ejemplo, yo pongo la lavadora y no me apetece.

Yo no tengo ganas.

Pero tengo un motivo.

La ropa limpia.

Tampoco tengo ganas ni estoy motivada para sacar a pasear a mi perra cuando llueve mucho.

Pero tengo un motivo.

Quiero que mi perra esté bien.

Y es que aquí no ganan los más motivados.

Ganan los que son constantes y no piden de vista ese motivo.

Tú quieres el cuerpo, pero no quieres el gimnasio.

Y eso está bien.

Pero piensa en tu motivo.

Estar más delgada.

Es como la gente que quiere calma, pero no apaga el móvil.

Esperando a que este gobierno funda las plomas del país.

No es tu meta la que te cambia.

Es lo que haces día a día para acercarte a ella.

Y lo que tienes que hacer es ir al gym.

Es ese proceso, ese hábito de ir aunque no tengas ganas.

Esa decisión aburrida que repites sin ver resultados inmediatos.

Adelgazan los que hacen lo que toca sin esperar a que les apetezca.

Primero haces.

Haces sin ganas, sin motivación.

Luego te sientes bien por haberlo hecho.

Y si eres constante, verás resultados.

Y quizá ahí sientas un poco de motivación.

Pero a los dos meses de haber empezado.

Así que ese es el único consejo que te puedo dar.

No vas a conseguir nada si esperas a tener ganas.

O si haces cosas pensando en la meta.

Todo ese hacer, hacer en el que se pierde la gente, distrae de la meta.

Te aleja del motivo.

Por ejemplo, ah, como yo quiero adelgazar, me compro una agenda y me voy a escribir un planning de los días que tengo que entrenar.

Pues lunes hago cardio.

Martes full body.

Miércoles me toca piernas.

Y me voy a comprar una cosa de imán para ponerlo en el frigo, para apuntarme las comidas.

Con todas esas cosas, tienes la sensación de que haces algo orientado a la meta.