LL0153 - EXPERMIENTO - The Puppet Masters 4a372

¿Qué pasa los leídos míos? Hoy os voy a poner un experimento que he hecho con inteligencia artificial. Viene después de esta de esta introducción. Es simplemente un audio de siete minutos generado automáticamente con notebook LM, la herramienta de estudio y de trabajo con documentos, el proceso de documentos de google. Y la verdad es que el audio está muy bien, no ha seguido directamente mis directrices, lo que yo le he dicho que siguiera. Aparte tiene algún que otro despiste y no entiende muy bien la novela, lo que ha leído, pero la verdad es que me quito el sombrero.

Me imagino que haré más audios así de novelas leídas y bueno lo que sí que estoy haciendo es generando entradas de blog que no estoy publicando, pero al menos estoy generando para practicar con el notebook LM para ver si puedo generar entradas más fácilmente. Bueno, sin nada más que deciros, dentro audio. Hola, bienvenidas y bienvenidos a esta inversión en amos de títeres. Hoy vamos a desgranar esta novela de Robert Heinlein usando partes de la introducción y claro de la propia historia. Queremos entender bien la trama pero también porque surgió el contexto de su creación.

Para empezar hay que situarse finales de los 40, piensa que acababa de pasar lo de Roswell en el 47 y había una fascinación tremenda con los platillos volantes, bueno lo que ahora llamamos ovnis y Heinlein que tenía un ojo increíble para los temas populares pues estaba atento. Exacto, ese ambiente general influyó, seguro, pero la historia de cómo se gestó el libro tiene sus detalles digamos más prácticos, más personales. Según cuenta la introducción Heinlein hizo algo raro en él, comentó la idea con su mujer, con Virginia.

Ah sí? Y a ella qué le pareció? Pues de primeras no le convenció mucho, tenía miedo de que fuera, no sé, un thriller, un poco de serie B, sensacionalista. Vaya y entonces por qué siguió adelante si no tenía el apoyo inicial? Pues mira, sobre todo por la pasta, necesidad económica pura y dura. Estaban metidos hasta el cuello con la construcción de su casa en Colorado Springs, endeudados, necesitaban liquidez, vamos. Claro, la realidad apretando. Totalmente, así que Heinlein escribió Amos de títeres, pues eso, con esa presión financiera encima. De hecho la introducción lo deja claro, el libro se lo dedica a su agente Lurton Blasingame.

Ah mira. Sí, porque fue clave en la gestión de la obra, fue quien facilitó el contrato, el encargo con la editorial, o sea que fue una mezcla de interés por el tema ovni y bueno, necesidad. Qué curioso cómo a veces las circunstancias te empujan, ¿no? Y esa presión nos lleva directos a la novela que creo. Cuéntanos un poco el punto de partida, la premisa. Pues arranca con algo que la verdad da escalofríos, unos parásitos alienígenas. La historia la narra Sam, que es un agente de una sección súper secreta del gobierno. Su jefe es una figura así como muy paternal, autoritaria, al que llaman el viejo.

O sea, una invasión totalmente silenciosa. ¿Y cómo se enteran? ¿Cómo empieza a sospechar? Pues los primeros indicios son confusos, muy sutiles. Empiezan investigando un supuesto platillo estrellado en Iowa. Ajá. Resulta que el platillo es falso, un montaje. Pero seis agentes que van allí desaparecen y la gente del pueblo actúa muy raro. ¿Raro cómo? Como muertos por dentro, dice el texto.

Una descripción potente, ¿eh? Uf, sí. Entonces Sam, con Mary, que es otra gente, casi como su hermana, y que tiene una especie de sexto sentido para detectar a los poseídos, y el viejo, pues empiezan a tirar del hilo. ¡Qué angustia! No, imagino que la cosa se complica muy rápido. Rapidísimo. Intentan avisar al presidente, pero claro.

Escepticismo total, supongo. Imagínate, ¿quién se va a creer una historia así, de parásitos que controlan a la gente? La tensión sube muchísimo cuando descubren que ya hay gente importante infiltrada. Cargos altos del gobierno, como el subsecretario del Tesoro, ya están controlados. Madre mía, ahí la paranoia ya tiene que ser... insoportable. Total.

Y para colmo de males, el propio Sam, el protagonista. No me digas. Sí, lo capturan y le montan uno. Le ponen un parásito. Y lo más fascinante y terrible a la vez es cómo Heinlein describe esa experiencia desde dentro. Sam sigue consciente, recuerda todo, pero no controla su cuerpo, nada. Qué horror, ser un espectador de tu propia vida. Exacto, un simple instrumento.

Y claro, esa experiencia le marca para siempre. Nos da una visión aterradora de lo que es perder la autonomía por completo. Es que solo imaginar esa impotencia. Uf. ¿Y se sabe algo más de cómo funcionan estos parásitos? ¿Cómo se comunican o algo? El texto de la historia.