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Hola, oyente. Estás a punto de entrar en La Caja Roja, el programa de éxito de Radioasis.

Si ya nos conocías, ya sabías que somos un programa de éxito. Si ya nos conocías, ya sabías que estás en buenas faldas, en buenos mandiles. Pero sobre todo, si ya nos conocías, gracias por estar aquí con nosotros otra semana más. Por el contrario, si es tu primera vez, una advertencia, la de siempre. Hemos venido a hacerte pensar, solo por un ratito, no te asustes. Solo queremos que te diviertas sacando tu cabeza de la recalcitrante rutina que te atormenta como un individuo social e insignificante que eres. Sentimos decírtelo nosotros, amigo. Aunque estamos seguros de que ya lo sabías. A no ser de que seas Benito Martínez o Kilian Mbappé.

Que bueno, en ese caso resulta que no eres tan insignificante como somos los demás. Si eres uno de ellos, lo siento, este programa no es para ti. Es para los hijos de los vecinos que escuchan La Caja Roja. Que serán insignificantes, pero son como nosotros. Para hoy os traigo una pequeña terapia que no sirve para nada.

Y con un poco de suerte me estará escuchando nuestro querido Julián Cuadrado, psicólogo de cabecera de este programa. Y espero que, sin lugar a dudas, se tire de los pelos si es posible mientras me escucha. Queridos amigos, hoy os he traído un juego terapéutico de vuestras vidas. ¿Quieres encontrarle sentido a tu insignificante vida? ¿Has perdido las ganas de vivir? Este es tu método.

La semana pasada, sin ir más lejos, estuve hablando del peso de perder el tiempo en la vida. Y por ahí van los tiros. Creo que en las próximas ediciones de este programa os iré recomendando maneras posibles y destructoras de perder el tiempo en la vida. Hoy en forma de terapia distópica, que espero que os resulte interesante.

Os planteo un escenario utópico, amigos. Un juego clásico de reflexión vital. Imaginaros que os encontráis en una habitación vacía y en silencio. Al fondo de esa habitación hay una mesa, y en esa mesa un botón gigante, de color celeste, por ejemplo, que pone en letras claras la palabra RESET. Justo enfrente de la mesa, en la pared, colgado de una chincheta, hay un papel ciertamente cutre que indica las instrucciones de este juego. Las instrucciones son las siguientes. Bienvenido al juego. Con este método podrás volver al momento del pasado de tu vida que decidas simplemente con pulsar un botón.

Para que esto funcione, tendrás que pensar bien algunas cosas. Iremos paso a paso.

Primero, decide el momento de tu vida al que quieres volver concienzudamente. Para esto te recomendamos que cuando hayas elegido el momento, revises esa etapa de tu vida. Piensa en qué estabas haciendo en esa época, con quién pasabas aquel tiempo y en qué momento de evolución y madurez te encontrabas como ser humano.

Bien. Una vez encontrado este momento vital, necesitamos que pienses en un recuerdo. El momento al que vamos a viajar no se trata de un momento vital exactamente, sino algo puntual. Para que funcione el proceso, necesitamos que te pares en un recuerdo concreto. Un momento de un día del que guardes un recuerdo vivo.

Es necesario que te concentres en ese instante, en ese instante que te gustaría volver a vivir. Recuerda el lugar, las personas presentes, las sensaciones. Después puedes pensar en los olores, en si hacía sol, en si sonaba música en aquel momento o en cualquier otro tipo de recuerdo sensorial que te pueda ayudar.

Ahora que tenemos construido el lugar al que queremos volver en el tiempo, te damos la oportunidad de crear una mochila de pensamientos. La idea de este viaje no es que vuelvas a vivir uno a uno todos los mismos momentos de tu vida, desde ese momento hasta el presente, sino más bien que tengas la ventaja de elegir algunas cosas. Para eso tienes la posibilidad de elegir tres pensamientos, solo tres, que te quieres llevar al pasado. Esto será lo único que recuerdes.

Recomendamos, por ejemplo, advertencias de cosas que no debiste elegir o no debiste hacer en el pasado, o cosas que sí debiste elegir y hacer y no hiciste. Entre estos pensamientos podrías llevarte alguna premonición, si lo prefieres. Por ejemplo, imagínate, para que lo entiendas, el 15 de marzo del 2020 comenzará la cuarentena en España. Y de eso lo recordarás. O puedes elegir cualquier cosa que te sea más útil, como por ejemplo, X es un gran amigo y merece la pena conservarlo. O crearás un programa de éxito de radio, como por ejemplo La Caja Roja. Cada uno con sus cosas, por supuesto.

Un par de advertencias más. Cuando pustes el botón, se te olvidará todo lo que has vivido y podrás tomar otras decisiones. Por lo tanto, pueden que cambien mucho las cosas de las que te han pasado. Perderás la madurez de las cosas que has construido. Hoy, excepto los tres pensamientos que has elegido llevar en tu mochila.