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La tecla muerta no se hace responsable de los comentarios compartidos por los invitados.

Las luces están apagadas y las velas encendidas.

Porque... ¿comienza? La tecla muerta.

Dirigido y presentado por Jorge Sánchez.

A mí me cuentan, me contáis los médicos y los físicos que efectivamente se me van muriendo las neuronas y sin embargo, oye, la memoria de una cara, de una persona, me queda forever, me queda para siempre.

Puedo llegar a los 80 años y ahí está.

¿Dónde se pone? ¿Dónde guardo este recuerdo en células que han muerto o desaparecido? En primer lugar, el motivo por el que una memoria es tan firme, tan sólida y tan duradera, el motivo principal son las circunstancias emocionales en que se adquirió la memoria en general.

Se forman firmemente con las emociones, con el clima emocional en que se adquieren las memorias.

En el curso de la vida se ejercitan estas memorias repetidamente.

Luego hay otro factor importante, que es el tipo de memoria que queda.

Hay muchas clases de memoria.

Está la memoria semántica, más bien abstracta, del conocimiento.

Luego está la memoria episodica, de los detalles de la vida, del nombre, de la cara.

Se van ejercitando en el curso de la vida y así subsisten.

Claro, al mismo tiempo, se van debilitando algunas de estas conexiones y se pierden memorias y se pierden neuronas y se pierden sinapsis.

Pero se van creando nuevas.

Según un artículo publicado en Prensa Digital, el debate sobre si el corazón puede o no albergar recuerdos lleva años abierto.

De un lado, contamos con los testimonios de personas trasplantadas que afirman tener recuerdos, gustos o emociones ajenas pertenecientes a su donante.

De otro, los médicos y científicos que aseguran que una cosa así es clínicamente imposible.

Si bien es cierto, todas las células pueden almacenar recuerdos, así como todas las células tienen el ADN de su dueño, argumentan.

Hay neuronas repartidas por todo nuestro organismo, por lo que se puede extrapolar que existe información, vamos a decir, almacenada de la cabeza a los pies.

Algunos se animan a hacer cálculos y afirmar que en el corazón hay 40.000 neuronas por los 100.000 millones que se estima que existen en el cerebro.

No son muchas en proporción, pero suficientes para almacenar esos mismos recuerdos, según esta hipótesis.

Aunque pueda parecer contradictorio, y de nuevo contando con la opinión de algunos médicos defensores de la denominada neurocardiología, el corazón es 5.000 veces más poderoso que el cerebro, como ha venido defendiendo desde 1995 el doctor José María Caralbs Riera, responsable de la unidad de cirugía cardíaca del Hospital Quirón de Barcelona.

En esta ocasión he querido compartir con vosotros la charla que mantuve con Gloria Yatzer, autora de la novela El corazón tiene memoria, de editorial Espasa.

Un thriller psicológico ideal para los que pensamos que la vida es algo más de lo que percibimos por los limitados sentidos.

Y como dice el bueno del doctor Juan José López, la evidencia de hoy es, será, mejor dicho, la ciencia de mañana.

Espero, y lo digo con rin-tin-tin de corazón, que disfrutéis de esta charla, de esta conversación.