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Descripción de «LAS MANOS DE MI ABUELA» 414a5x
DE CASA EN CASA *«Los sueños de Aquel Galileo siguen ardiendo todavía…».* Solo el amor de Dios, tan loco y arrebatador, es capaz de realizar el prodigio de la Ascensión de Jesús ante la mirada desconcertada de los que lo vieron elevarse…. El misterio de la Ascensión se inscribe y comprende en el marco de lo sucedido con los discípulos de Jesús después que experimentaron la novedad de su nueva presencia, vencedor de la muerte, como resucitado de entre los muertos. Cielo, tierra, infierno…. De esto y mucho más nos va hablar Cristian en el “DE CASA EN CASA”, del próximo fin de semana. Y también de las manos de su abuela, te preguntaras ¿cómo se entreteje esto con la fiesta de la Ascensión de Jesús?, escúchalo para enterarte. *Te invitamos a sumarte, como cada sábado, a las 9 hs. en el vivo de RADIO GALILEA.* 3e5s6a
Este contenido se genera a partir de la locución del audio por lo que puede contener errores.
En Radio Galilea llegan buenas noticias de los mensajeros del amor.
De casa en casa, los sueños de aquel Galileo marginal siguen ardiendo todavía.
De casa en casa.
Hola a Fernando, Marina, Selena, Luis y hermanos que compartimos esta mesa redonda que rueda de casa en casa por los caminos Galileos.
La mesa está servida ante este frente frío.
No vamos a pijotearle tronquito a la cocina de leña ni demorar el compartir.
Ya mismo voy convidando nomás el nutritivo caldo con el pan recién horneado de la palabra de este domingo, punto de partida de lo que conversemos.
Este domingo la palabra se centra en la ascensión de Jesús al cielo.
Lo que ahora voy a proclamarles es el remiendo de un pedacito del Evangelio con un pedacito de la primera lectura.
Ya se los voy compartiendo.
El Evangelio está en el libro de Lucas capítulo veinticuatro, versículos del cuarenta y seis al cincuenta y tres.
En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos.
Así está escrito.
El Mesías padecerá, resucitará de entre los muertos al tercer día y en su nombre se proclamará la conversión para el perdón de los pecados a todos los pueblos, comenzando por Jerusalén.
Ustedes son testigos de esto.
Miren, yo voy a enviar sobre ustedes la promesa de mi padre.
Ustedes por su parte quédense en la ciudad hasta que se revistan de la fuerza que viene de lo alto.
Y los sacó hasta cerca de Betania y levantando sus manos los bendijo.
Y mientras los bendecía se separó de ellos y fue llevado hacia el cielo.
Ellos se postraron ante él y se volvieron a Jerusalén con gran alegría.
A la vista de ellos fue elevado al cielo.
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