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Te damos la bienvenida al espacio podcast del Dr. Kelvin Piña, especialista en cirugía endoscópica de columna con técnicas mínimamente invasivas. Medicina personalizada de vanguardia.

El paso definitivo hacia tu nueva vida. Dr. Kelvin Piña, ¿qué tal? Muy bien, muchas gracias, Pachi. Muchas gracias una vez más.

Es un placer de nuevo estar con el Dr. Kelvin Piña y además en este caso, doctor, con algo de lo que hemos hablado tantas veces y seguiremos hablando aquí en este tiempo dedicado a la salud, que son los pacientes, que al fin y al cabo son la razón de ser.

Exacto. Es el eje central en torno al cual pivotamos y estamos encantados de ofrecer una atención con calidad y calidez, persiguiendo siempre la excelencia. La paciente que viene con nosotros es Jennifer. Jennifer es una paciente muy joven, de poco más de 35 años, que estuvo al borde de una silla de ruedas después de haber buscado atención médica sanitaria en diferentes lugares. Afortunadamente topó con nosotros, vino a nuestra consulta y estamos inmensamente agradecidos por ello. Eso nos reconforta, esa confianza de la gente y yo creo que aplicamos el mejor tratamiento para su dolencia. Y es una cosa que nos llena honestamente de satisfacción. Jennifer, bienvenida.

Muchas gracias.

Gracias a ti por estar con nosotros para contarnos tu caso. ¿Qué te pasaba, Jennifer? Bueno, yo tenía síndrome pirámide a las cuatro extremidades de almento. Yo llegué a la consulta del Dr. Kelvin, llegué que no controlaba esfínter con pañales, llegué con muletas. Según llegué me dijo esto hay que operarlo ya, porque si te vuelves a caer probablemente quedes en silla de ruedas. Me consiguió la operación a la semana siguiente, ya justo de ir a su consulta, me operó y en 24 horas estaba caminando.

Vamos a ir por partes. ¿Qué es el síndrome piramidal? Lo he dicho bien, doctor.

El síndrome piramidal al fin y al cabo es un trastorno que se produce cuando hay una compresión importante del sistema nervioso central, en este caso de la médula espinal.

Ella tenía una compresión severa que no le dejaba espacio a la médula espinal y claro, una mínima caída, un mínimo golpe le va a provocar de manera segura estar completamente inválida de todas las cuatro extremidades. ¿Qué origen puede tener ese síndrome piramidal? Muchas veces se deben a malas posturas, a trastornos degenerativos. En el caso de Jennifer, posiblemente haya sido la causa principal, haya sido un disco roto, posiblemente por caídas previas en el pasado, inadvertidas, mínimos traumas, y esto genera una cierta inestabilidad segmentaria a nivel de la columna cervical que produce una compresión severa.

En el caso de ella, produjo una compresión y un daño severo en la médula espinal.

Jennifer, nos dices que llegaste muy ilimitada, incapaz de llevar una vida normal cuando llegas a la consulta del doctor Kelvin Piña, pero ¿cuáles fueron los primeros síntomas? ¿Qué es lo que empezaste a notar? Bueno, yo empecé a notar que se me dormían los dedos de una mano, pero no le dio importancia ninguna, la verdad, hasta que en octubre me caí.

Y al caerme, a partir de ahí ya andaba coja y todo, y entonces fue cuando empezamos a mirar neurólogos y eso, y una amiga que la había operado el doctor Kelvin fue la que me dio su teléfono, y nada, ya llegué allí y bueno, llevaba desde octubre tirada en la cama hasta que me operó el enero, sí. Estamos hablando de no poder realizar, como decíamos antes, una vida normal.

Nada, absolutamente nada. Esto evidentemente va más. ¿Tenías dolores? No, porque en mi caso era como que no sentía las extremidades, no sentía, bueno, llegaba a no sentir los brazos, no sentía la pierna, la llevaba rastro, no, dolor no, era simplemente que me estaba quedando totalmente, pues, atrofiada de todas las extremidades.

Vas, nos decías, a consultar a otros doctores, a otros especialistas, ¿qué te decían? ¿Qué respuestas te daban? Bueno, fui primero a Luca y después fui a un neurólogo. Claro, el neurólogo ya me dijo que tenía que ser neurocirujano, entonces ya, pues ya, te digo, hablé con una amiga y me dijo, vete a ver a este señor, que me operó a mí, que muy bien, y bueno, fue cuando llegué a él.

Cuando ves a una persona como Jennifer, tan joven, tan llena de vida, como la estamos viendo aquí ahora, te cuesta pensar que ha estado como ella nos cuenta que ha estado. ¿Se acuerda al doctor Kelvin Piña, de cómo llegó Jennifer? Sí, sí, claro, fue un cuadro desesperante, de desesperación, un cuadro bastante feo, porque apenas podía caminar, caminaba muy mal, necesitaba soportes, apoyos, muletas, estaba prácticamente para silla de ruedas, estaba en silla de ruedas, de hecho la usaba en alguna ocasión, con trastornos esfinterianos, se le escapaba el pie.