
JULIO MARTÍNEZ-CAVA - Construir la clase como sujeto político 345t51
Descripción de JULIO MARTÍNEZ-CAVA - Construir la clase como sujeto político 601c19
¿Qué son las clases sociales? ¿Qué lecciones podemos extraer de la contribución del intelectual marxista E. P. Thompson? ¿Cómo pensar una política de formación de clase en el capitalismo fósil, rentista y financiarizado donde los sujetos de lucha actuales son muchos y están fragmentados? En esta charla se abrirán estas y otras preguntas para proporcionar algunos materiales que puedan servir como punto de partida para los debates sobre la confederación de luchas. Por si quieres leer y profundizar un poco más: https://www.sinpermiso.info/textos/la-actualidad-del-concepto-marxista-de-clase-social 2r475
Este contenido se genera a partir de la locución del audio por lo que puede contener errores.
Muy buenas, mi nombre es Julio Martínez Cava y soy miembro del comité de reacción de la revista Sin Permiso.
En este vídeo, en esta formación, lo que quiero plantearos son una serie de preguntas que nos permitan repensar la cuestión de clase y, para ello, no pretendo zanjar ningún debate, ni siquiera apuntar a lo que sería el final del debate o sentar cátedra.
Más bien, me gustaría proporcionaros algunos materiales que nos permitan tener un primer punto de partida para repensar la clase en relación con los procesos de confederación de luchas.
Para ello voy a comenzar explicando algunas nociones básicas. Posteriormente, intentaré deshacer algunos malos entendidos, que creo que son bastante comunes.
Y, por último, recurriré a la obra del historiador marxista británico E. P. Thompson, que pensó muy bien sobre todas estas cuestiones, y del cual podemos intentar extraer algunas lecciones políticas para nosotros.
Vamos con lo primero. ¿Qué son las clases sociales? Bien, sobre las clases sociales se han vertido ríos y ríos de tinta, y existen muchas teorías diferentes que las categorizan de una manera o de otra.
Nos interesa destacar, en un primer momento, que, según qué teorías cojamos, tendremos unas implicaciones políticas distintas.
Por lo tanto, es muy importante cómo construimos nuestra noción de clase, o lo que entendemos por la clase.
Y, en mi opinión, la mejor forma para hacerlo es acudir a la tradición marxista, porque nos ofrece una caja de herramientas muy útil para pensar todos estos temas.
Marx, cuando estaba escribiendo El Capital, se detuvo justamente en el capítulo en el que iba a hablar de las clases sociales.
Pero eso no ha impedido que sus seguidores hayan podido tomar elementos de sus escritos y desarrollar y actualizar con investigaciones propias, ofreciéndonos un montón de teorías marxistas de clase, no todas compatibles entre sí.
Pero en la teoría marxista, o en algunas de las teorías marxistas más recientes de los últimos 20 años, que son las que más me interesan, que se han alimentado de aportaciones que provienen del feminismo, del ecologismo o del anticolonialismo, las clases sociales vienen definidas como un tipo de relaciones sociales que se basan en la desposesión, en la dominación y en la explotación de un grupo social sobre otros grupos sociales que quedan subordinados.
No son un tipo de relaciones sociales dentro del capitalismo, como puede haber otro tipo o muchos tipos de relaciones sociales, sino que son precisamente lo que hacen que el capitalismo sea capitalismo.
Dicho de otro modo, que mientras exista una sociedad capitalista y vivamos en ella, existirán las clases sociales del modo que las estamos definiendo.
Para una parte importante del movimiento obrero y de la tradición marxista, esta idea de clase social se interpretó de una forma más estrecha, en el sentido de que se enfatizó sobre todo el conflicto que existe entre el empresario que contrata y el trabajador asalariado que es contratado.
Sabemos que esa relación entre empresario y trabajador asalariado es una relación de conflicto irresoluble de intereses, porque mientras que el empresario o el capitalista tiene la necesidad de valorizar y aumentar su capital, las formas que tiene de hacerlo perjudican al trabajador, por el cual es esperable que éste se resista, y como así ha ocurrido muchas veces, por ejemplo, poniendo trabas a que le suban la jornada laboral, le bajen el salario, resistiéndose a la represión política contra su derecho a la sindicación o contra su derecho a huelga.
Pero el énfasis en esta visión más clásica que estoy comentando es que, si bien se pueden conseguir algunos compromisos parciales entre ambas partes, entre empresarios y trabajadores, estos compromisos serían siempre inestables, porque en último término, repito, el conflicto de intereses es irresoluble.
La única forma de resolver este conflicto, la única forma de evitar que se produzca esta colisión de intereses, sería superar y trascender, es decir, abolir la relación salarial, lo cual requiere de una socialización de los medios productivos y de una transformación profunda del Estado.
Para lo cual haría falta una revolución política liderada, nos dicen en esta visión, por el trabajador asalariado, aunque ello no quita que haya otras capas del pueblo, otras capas de las clases populares que participen en esa revolución política.
Pero si os fijáis, los protagonistas en esta historia, en esta interpretación que ha sido dominante al menos durante un siglo, siempre son, por un lado, los capitalistas y, por otro lado, los trabajadores asalariados, en el sentido de aquellas personas que no tienen ninguna propiedad y solo pueden vender su fuerza de trabajo para sobrevivir.
En la propia obra de Marx se encuentra este énfasis en el trabajador asalariado como vanguardia de la transformación política, pero es cierto que en muchos escritos encontramos también en Marx una definición de clase que se basa más bien en la desposesión, es decir, en el hecho de que el capital continuamente genera una brecha entre propietarios y no propietarios.
Y eso, sin eliminar al trabajador asalariado de la ecuación, sin quitarle la importancia que efectivamente tiene en el capitalismo, nos permite incluir en esta ecuación a muchos otros grupos sociales, como por ejemplo,
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