La isla del tesoro | R. L. Stevenson 2b6mn

Un libro una hora dirigido por antonio martínez asensio bienvenidos una semana más a un libro una hora hoy vamos a contarles la isla del tesoro de robert louis stevenson robert louis stevenson nació en escocia mil ochocientos cincuenta es el autor de la flecha negra el extraño caso del doctor jekyll en interjet que ya les hemos contado en un libro una hora o el señor de bala android entre otras obras también fue un autor de sencillos y memorables versos la isla del tesoro fue publicada en mil ochocientos ochenta y uno por entregas en la revista john ford bajo el seudónimo de capitán york north es la novela de aventuras por excelencia divertida emocionante y no olvide dable mágica maravillosa vamos allá habiendo me he perdido el caballero traigan y el doctor liga y los demás caballeros que escribiera desde el principio hasta el fin de la historia de la isla del tesoro sin omitir nada salvo la posición de la misma y eso solo porque todavía queda allí algún tesoro descubierto tomó la pluma en el año de gracia de mil setecientos y pico y retrocedo al tiempo en que mi padre se sentaba la posada almirante ven bou y en que el viejo y tejado marinero con la cicatriz causada por un sablazo por primera vez se alojó bajo nuestros techo así comienza la isla del tesoro con jim contándonos la primera vez que vea el marinero que cambiará su vida entra en la usada con paso cansino seguido por una carretilla de mano en la que lleva su cofre de marinero es un hombre alto fuerte macizo tostado con una empleada coleta que cae sobre las hombreras de su sufría casaca azul tiene las manos rugosas y llenas de cicatrices las uñas negras y el sablazo que le cruza una mejilla de parte a parte es de un blanco libido y sucio mira a su alrededor silbando y luego entona una vieja canción marinera que habla de quince hombres tras el cofre del muerto y una botella de ron preguntas y por allí para mucha gente y el padre de jim le contesta que no bien pues dijo el hombre este será mi amarrada tu compañero añadió gritando y dirigiéndose al hombre que empujaba la carretilla acércate aquí aquella ayuda hubiera el cofre me quedaré aquí una temporada pero siguió diciendo soy hombre sencillo ni tocino huevos es lo que quiero y esa cabeza mi hija para ver los buques como el de llamarme pues pueden llamarme capitán baja ya veo por donde va usted tome agregó arrojando tres o cuatro monedas de oro en el umbral ya me avisan cuando esta se terminen dijo con aspecto fiero y autoritario se pasa el día merodeando por la caleta o subiendo a los acantilados con un catalejo de latón siempre pregunta se ha venido algún marinero allí y le promete una moneda de plata el primer día de cada mes si le avisa si ves algún marinero con una pata de palo por las noches de ron con agua se sientan un rincón y canta sus viejas canciones marineros pero cuando se pasa con el ron pide una ronda para todos y obligada a temblorosas presentes a escuchar sus historias o acordar sus canciones borracho el capitán es uno de los peores déspota que jamás se han visto descarga fuertes golpes sobre la mesa con la palma de la mano para imponer silencio y no permite que nadie abandone la posada hasta que se retira y sus historias son aterradoras vuelve a pagar una moneda más y encima espanta la clientela sigue el padre de jim está muy preocupado tanto que su salud empieza a empeorar pero un día el capitán tiene un enfrentamiento con el doctor leerse que además de médico es magistrado y le pone al capitán en su sitio por un tiempo no había transcurrido mucho tiempo desde aquellos cuando se produjo el primero de los misteriosos acontecimientos que por fin nos liberaron del capitán aunque no como veréis de sus asuntos era un invierno crudo y frío con largas y fuertes heladas y tremendas galerías y de buen principio se vio claramente que era poco probable que mi pobre madre viese la primavera cada día si un día más y mi madre y yo teníamos que pecar con todo el trabajo de la posada por lo que estábamos más que ocupados y a duras penas prestamos atención a nuestro desagradable huésped robert louis stevenson ya no era un joven cuando finalmente se puso inscribir lo que más adelante proclamó como mi primer refiriéndose en su primera obra extensa de ficción era su opinión su destino tarde o temprano recuerda tenía que escribir una novela