La incertidumbre de elegir 6zu53

El sendero está abierto, donde camina el vagabundo olvidado con su jaula de tiempo.

Muy buenas noches, escuchantes, y bienvenidos al pasadizo. Un paseo poco transitado que pueda despertar en la mente una reflexión nueva, quizás una idea más, o puede que incluso un nuevo color. Un color que incienda una chispa que pueda brillar en la oscuridad.

Muy buenas, escuchantes. ¿Qué tal por ahí? Siempre decimos que vivimos en un mundo de directo en el que cada minuto suceden cosas nuevas, y cosas importantes. Hay quien dice que quizás a un ritmo más acelerado que en tiempos pasados, o quizás sea solo que nos llega mucha más información y lo hace mucho más rápido, pero entre todas ellas algunas son rocambolescas, otras increíbles, muchas que superan a la ficción, donde las distopías hacen realidad, hemos entrado en una dinámica en la que la incertidumbre toma el control.

Si ya la capacidad de elección nos acosa cada instante, yo diría que con cada acto consciente o inconsciente o subconsciente que realizamos, si además le sumamos esa incertidumbre, no es descabellado preguntarse cómo no ha estallado ya nuestro mundo y nosotros con él, al menos nuestro mundo interior dentro de nuestra cabeza y nuestras tripas.

Pero no es menos cierto que quizás ya hace tiempo que estalló en nuestra civilización, podríamos llamarla occidental, donde consumimos más antidepresivos que nunca. Y no estoy hablando solo de medicamentos, sino de redes sociales, conversaciones y pensamientos poco menos que insulsos para alimentar nuestro ego o simplemente utilizarlo para el deleite del paso de un tiempo que se nos vuelve insustancial, o simplemente cuando estás machacado por el día a día necesitas un tiempo de descanso o de entretenerte lo mejor que se pueda, o de no pensar en nada, y que para nada resuelve ninguno de nuestros problemas, ni nuestra mejor capacidad de decisión o de elección o de vivir en un mundo mejor. Ya no vamos a decir feliz, y tampoco toda la culpa será nuestra, digo yo. Quizás lo somos en otras cosas, pero no tanto en esto, que bastante hacemos con sobrevivir, como me gusta decir en este mundo purgatorio.

La cuestión sería si podemos elegir algo mejor, aunque sea a nivel de concepción, siquiera de imaginación o de inteligencia emocional, sea propia o social, o lo que sea que pueda hacernos más libres. En este entorno de ingeniería social, para la confrontación y la división entre los guerreros, que podríamos ser, control y subyugación mental a través del miedo, la mentira, la ocultación, la incompetencia, autocensura, autolimitación, presión social, pérdida de identidad, algoritmos que eligen lo que tenemos que comprar, ver, leer o escuchar, en falsa creencia, muchas veces de que es nuestra elección sublime y solo la nuestra propia. El aplastamiento y la imposición socioeconómica de arenas movedizas en que nos movemos, que te come hasta las ganas de vivir y que ha normalizado las catástrofes y los eventos escandalosos como que sea algo corriente.

¿Elegir, comprar piso o alquiler? ¿Es una elección? Hace un par de días estaba en una conversación en que se decía, se normalizaba, que un piso de 200.000 euros o un alquiler de 600 era incluso barato. En una ciudad normalita, no sé si es buena elección esta de normalizar que tenga que costar más de lo que ahorrará un mindundi como yo mismo por no citar a nadie en su vida, que yo también me pregunto a veces quiénes serán los que las compran si los más pobres vasallos no podemos.

Y toda esta reducción en nuestro poder y capacidad adquisitivo, esto es traducido en capacidad de elección, no implica que no nos demos cuenta, sino que hay muchos factores, quizás sea por amansamiento, adormecimiento, falta de ilusión o de fuerzas, quizás el apesebramiento consciente o la calma que genera el, bueno, tan mal, lo que me den, si está todo igual o así no tengo que pensar mucho.