El Incendio de Roma. 1963 43i5n

Escuchar mi querida propia valientes y feeling amable petronio escuchar escuchar todos como el pueblo me aclaman es divino emperador amar creo que lo tienes bien merecido cantando maravillosamente te parece angelina señor tus palabras son para mi verdad de dios harto estoy de anulación de petróleo tu que nunca me has mentido aunque hayas tenido alguna vez que corregir mis versos verdad que me merecida la columna en este certamen poético tus versos siento decirte lo esta vez no era muy bueno pero oír tu voz menos cascada que otros días ha calmado la chusma y suerte has tenido pues ya de boca en boca que fuiste tú quien decreto la muerte de argentina madre oyes señor mis pretoria nos están preparados para hacer callar a la plebe no tijerino son voces aislado volvería a cantar y arrebatar el entusiasmo del pueblo colombiano darte el anuncio y canto el imperial bufón calmo se la plebe a la cual lo mismo le importaba hoy los versos del emperador que contemplar las luchas de gladiadores con tal de divertirse y recibir luego buenas relaciones de trigo aquel ser humano que se sentaba en el trono de augusto sembrando su vida de nobles crímenes y el vergonzosas orgías acaba de concebir en pleno banquete una idea escalofriante me fastidia los banquetes y las dan quisiera placeres más insólitos no tan común solo disfruto cantando y deleitando conmigo disfruta esposa dominio colette ríe con nosotros siempre los mismos crees que no te he visto infeliz cuando vos te vas durante mi canto es que yo te aburre hipócrita vete de mi presencia antes lo haga contigo un disparate ya os decía yo amigos míos que todo me fastidia pero estoy dando un espectáculo que resulte inolvidable tengo a medio componer un cantor incendio de troya y necesito que mi alma vibre con la misión de algo semejante al cabo de unos días macabra mente iluminado por el rojo resplandor de roma en llamas copas se dieron con tan horrible visión contemplar soberbio espectáculo muchos bueyes y carneros han quemado los hombres a los dioses en su sacrificio pero nadie hasta hoy les ha ofrecido el holocausto de toda una ciudad su villa más al divino bien lo cual de aguas de oro de branding pienso corre la gente alocada por cae encima las columnas de los en las estatuas de sus dioses las paredes y techos de sus propias morado los lamentos y los hayes mezclan con las maldiciones hacia que el monstruo aquí en la voz del pueblo empieza y atribuir en el gran siniestro la orilla aterrado por el motín popular que levantarse nerón recurrirá cobarde mente a la calumnia