La hora Feli - La residencia de las ausencias. 2w33i

FLM Radio, la voz sin barreras.

Bienvenidas y bienvenidos a un programa más de La Hora Feliz.

Y en esta primera afirmación ya os hemos colado dos mentiras.

Ni duraremos una hora ni habrá felicidad en los que escuchemos.

La única felicidad que escucharéis es a mí, que me llamo Felicidad Bermejo.

A lo largo de cada programa os plantearemos historias distintas, historias curiosas, historias tenebrosas, que no tienen por qué estar relacionadas entre sí.

Os saludo de parte de Javi Pico, Nazaret, Clotis Fariza, Joaquín Martínez, Delia, Teresa y Felicidad que soy yo.

Comienza La Hora Feliz.

Para el programa de hoy vamos a hablar de discapacidad.

No lo habrán sospechado, pero todas las personas que prestamos nuestra voz tenemos una discapacidad física.

Andamos con siederruedas, no te sé el juego de palabras, con muletas o con la silla eléctrica.

Por definición, un paraplégico es una persona que puede usar sus manos.

Un tetraplégico carece de esta capacidad, puesto que no puede moverse de cuello para abajo.

Tendremos el cuerpo de aquella manera, pero nuestro cerebro está intacto.

En este programa creemos firmemente en la igualdad entre las personas con discapacidad, y si me permiten la palabra, con capacidad.

Todas las personas son igual de capaces de llevar una vida normal y de hacer cualquier cosa, incluso las cosas menos éticas.

En el amplio mundo del crimen, nunca nadie se ha parado a pensar cómo una persona tetraplégica podría terminar con la vida de otra persona, sin cómplices aparentes.

Nunca nadie sospecha del tetraplégico, pero hoy deberían.

Os presentamos una historia en tres partes que hemos titulado La residencia de las ausencias.

Sofía no lo sabe, pero hoy es su día de suerte, hoy es su primer día en el trabajo, su nuevo puesto, istrativa en una residencia de personas con discapacidad física.

Oye, estoy muy nerviosa, espero hacerlo todo bien, nunca había trabajado con personas con discapacidad.

No te preocupes, que en nada aprenderás a hacerlo todo.

Pues nada, este será tu puesto, tus funciones serán coger el teléfono...

Esta que habla es Olivia, la directora del centro.

...recoger paquetes, rellenar...

Frente al puesto de Sofía está Óscar, y la diferencia de Sofía es menos entrañable, menos sociable, más despegado.

Bienvenida, Sofía, soy Óscar.

Lo que necesito es pregúntame, sin problema.

Mucho gusto, es un placer.

Efectivamente, es menos sociable y muy despegado, pero únicamente con los residentes de esta residencia de personas con discapacidad física.

Os voy a dejar, que tengo una reunión justo ahora.

Óscar, ¿cómo va el vaciado de la habitación de la residente fallecida? Ya está todo listo, falta que venga mañana su familiar a recoger sus cosas.

Bueno, voy a por un café.

Sofía, ¿te apetece algo? Olivia, te traigo un café.

No, no hace falta, gracias.

Ah, sí, tráeme un té de frutos rojos, por favor.

Te doy dinero.

Nada, te invito a esta.

Te invitas a la siguiente.

El nuevo puesto de Sofía, dentro de la residencia de personas con discapacidad física, se encuentra detrás de la recepción principal.

Ahí se puede trabajar bien, pero no estás libre de que las personas residentes se te puedan acercar.

Hola, ¿eres la nueva? Sí, soy Sofía, ¿qué tal? Hola, Sofía, corazón, soy Mercedes.

Bienvenida, ya verás que aquí se está muy bien.

Una cosita, ¿podrías echarme una mano un momento? Sí, claro, dime.

Tengo en mi habitación unos libros, que no llego y los necesito bajar.

Ah, claro, sin problema, luego me paso.

Como cuando en los documentales de la 2, una gacela herida vaga por la sabana y sus lamentos llaman la atención de los depredadores, la conversación entre Mercedes y Sofía atrajo a otros residentes, quienes acudieron a pedirle ayuda a la nueva.

Hola, chicos, buenos días.

Buenos días, hola, así que eres la nueva, soy Isabel, mucho gusto.

Hola, yo soy Fran, te daría la mano, pero soy tetrapléjico.

Vaya humor los gastéis aquí, así que eres tetrapléjico como tú, Isabel, ¿no? Así es, eso dicen los médicos, pero, ¿qué tal?