Guerra comercial: el peor escenario posible 1y5b1n

La guerra comercial de Donald Trump va escalando y volviéndose cada vez más grave.

Después de los aranceles que le impuso Estados Unidos a China, China acaba de anunciar que hará lo propio con los Estados Unidos.

Cada vez nos acercamos más al peor escenario posible.

¡Veámoslo! La guerra comercial iniciada por Donald Trump está entrando en el peor escenario posible.

Y es que si bien todos los inversores coinciden en que la brutal subida arancelaria de Donald Trump es un arma letal para la economía estadounidense y también para el resto de socios comerciales de los Estados Unidos, algunos de esos inversores tenían, no sé si siguen teniendo, la esperanza de que todo sea un farol.

Es decir, de que estas brutales subidas arancelarias de Donald Trump sean meramente una treta negociadora que concluya en algún tipo de acuerdo multilateral, tras el cual esta brutal subida arancelaria se revierta e incluso, quizá, nos encontremos en un panorama comercial más liberalizado que antes.

Como digo, ese sería el escenario menos malo.

Metemos el elefante en la cacharrería y lo sacamos antes de que lo destroce todo.

Pero para que ese escenario optimista acabe materializándose, los socios comerciales de Estados Unidos, por ejemplo la Unión Europea, Canadá, China, etc., deberían evitar escalar las tensiones comerciales con subidas arancelarias reactivas a modo de represalia contra lo que ha hecho Donald Trump.

Porque sabemos que si Canadá, la Unión Europea o China suben sus aranceles en represalia a las brutales subidas arancelarias de Donald Trump, el presidente de los Estados Unidos volverá a hacer lo propio e incrementará aún más los aranceles contra aquellos países que osen toserle.

Y si todos los países suben alocadamente sus aranceles, entonces los lujos comerciales internacionales se interrumpen, las cadenas internacionales de valor se destruyen y el mundo entra en recesión.

Pues bien, al menos de momento no parece que ese escenario optimista esté cerca.

Por un lado, Canadá ya ha anunciado que castigará a los automóviles estadounidenses con un arancel del 25%, el mismo arancel que Estados Unidos impone sobre las importaciones internacionales de automóviles.

Y por otro lado, también dentro de Europa hay destacados dirigentes políticos como Emmanuel Macron que parecen deseosos de escalar la guerra comercial con Donald Trump.

Por ejemplo, el presidente de Francia ha paralizado todas las inversiones de su país en los Estados Unidos y está presionando internamente a la Unión Europea para que sí se impongan desde Europa aranceles de represalia contra los Estados Unidos.

Pero la noticia desde luego más preocupante de toda la jornada ha procedido desde China.

Allí el Partido Comunista ha comunicado oficialmente que va a establecer un arancel adicional del 34% sobre todas las importaciones desde los Estados Unidos.

Y es que, recordémoslo, el pasado 2 de abril, el mal llamado Día de la Liberación, el gobierno de Donald Trump impuso un arancel adicional del 34% sobre todas las importaciones desde China.

34% que se sumaba al arancel ya existente, 20%.

Es decir, que en promedio todas las importaciones de China estarán grabadas con un impuesto que elevará su precio de venta en un 54%.

No sólo eso, dado que las exportaciones de Estados Unidos a China son bastante reducidas, con tal de hacerle verdadero daño a la economía estadounidense, China también ha impuesto controles sobre la exportación de tierras raras hacia Estados Unidos.

Y esto significa que los Estados Unidos pueden perder a minerales críticos para producir casi cualquier cosa, desde smartphones hasta las baterías de los coches eléctricos.

No en vano, China concentra el 90% de la producción mundial de tierras raras, y Estados Unidos importa tierras raras, esencialmente, desde China.

Y claro, que China haya optado no por desescalar o no por mantenerse en el marco.