
Descripción de El gran apagón 5ud13
🎙️ ¿Qué narices pasó con la luz? En este episodio nos ponemos el casco (y el sentido del humor) para analizar el apagón del siglo... o del mes, al menos. Revisamos el mix eléctrico del día del desastre: cuánta energía se generó, de dónde venía (renovables, nuclear, ciclos combinados...). ¿Desajuste? ¿Error humano? ¿Troleo del destino? Lo investigamos con datos, chistes y alguna que otra metáfora con enchufe. 1pv1n
Este contenido se genera a partir de la locución del audio por lo que puede contener errores.
Saludos, unidades lógicas, iniciamos análisis. Incidente clave. Apocalipsis ibérico 1.0. Suena potente. Y tanto. Fecha 28 de abril de 2025. El momentazo.
Pérdida masiva 15 gigavatios. A las 12.32 CET. Se esfumaron, más rápido que las existencias de la última consola en navidad. Confirmado. Fue una caída del 60% de la demanda eléctrica española. En 5 segundos. Una barbaridad. Madre mía.
Sistema en modo cero energético. Así que hoy, bueno, vamos a hacerle la autopsia digital. La autopsia. Me gusta. Con los datos que tenemos. Informes de red eléctrica, de la red portuguesa, ecos de la red, para intentar entender este colapso que, ojo, la propia red calificó de inédito y excepcional. Vale, venga, vamos a desmontar este mecano. Porque el sistema, a ver, se fue al suelo más rápido que mi conexión wifi cuando hay tormenta. Ja, ja, ja. Buena analogía. A las 12.38.
Zasca. Corte total. Desconexión automática de la interconexión con Francia. ¿Qué pasó? ¿Nos pusieron en la lista negra europea o qué? Calma, calma. Circuito hiperactivo. No fue un castigo, ¿eh? Para nada.
Ah, ¿no? La desconexión fue más bien una medida de autoprotección. La red europea dijo uy uy uy al ver nuestra, digamos, nuestra singularidad energética interna.
Nuestra inestabilidad, querrás decir. Llámalo X. Como cuando aislas un ordenador con un virus para que no infecte al resto, ¿sabes? Fue consecuencia, no la causa, del problema ibérico original. Vale, vale, entendido. Entonces, aquí empieza el baile de hipótesis, ¿no? El cluedo energético. Exacto. La oficial de RE, una fuerte oscilación. Suena súper técnico y elegante, ¿verdad? Sí, pero un poco vago al principio. Claro, es como decir que el coche se paró por una parada repentina de motor. Ya, pero ¿por qué? Osciló como una peonza loca.
Puede ser, pero… ¿quién le dio el empujoncito inicial? Ahí faltaba chicha.
Luego, eh, llegó la teoría desde Portugal, de la REN. Hablaron de vibración atmosférica. Ojo.
¿Cómo? Vibración.
Sí, sí. Sugerieron, o eso pareció entenderse, que cambios bruscos de temperatura hicieron vibrar las líneas de 400 kilovoltios.
Anda ya. ¿Qué les dio por zapatear a los cables o qué? ¿Se marcaron un flamenco? Pues… A ver, la AMET, la agencia de meteorología, dijo que nanay, que el tiempo estaba tranquilo, nada raro. Así que eso sonaba… bueno, poco convincente. Luego creo que matizaron un poco.
Ya me parecía a mí. Y claro, no podía faltar el clásico, el comodín, el ciberataque… El sospechoso habitual.
Siempre está ahí. El CNI, el INCIBE, todos buscando hackers hasta debajo de las piedras digitales.
Se activaron todas las alarmas, sí. Hubo ruido sobre actividad inusual desde el norte de África, días antes. ¿Ah, sí? Sí. Pero las fuentes oficiales, bueno, incluida la vicepresidenta Rivera, salieron rápido a decir que no, que no había intencionalidad. Aquí no ha pasado nada raro. Ejem.
Ya, ya. Conveniente. La investigación siguió, claro, pero el mensaje fue ese.
Y nos queda el otro gran sospechoso cuando algo falla en la red.
Las renovables. Bingo.
Exacto. Circuló por ahí el dato no oficial, de que cubrían el 80% de la demanda justo en ese momento.
Mediodía, sol… ¡Un 80%, vaya tela! Pero ojo. Los análisis serios no apuntan a que un fallo en una planta solar o eólica iniciara todo el lío. Eso parece que no.
¿Entonces? Lo más probable, a ver, es que muchas de estas plantas, al detectar que el sistema empezaba a temblar, se desconectaran automáticamente. Es un mecanismo de protección.
Claro, para protegerse ellas.
Exacto. Y esa desconexión encascada, pues, amplificó la caída inicial de 15 gigavatios.
Contribuyó a la magnitud del apagón. Pero no fueron la chispa inicial.
Normal. Es que gestionar esos picos de energía intermitente, tanto sol, tanto viento, requiere un sistema con músculo detrás, ¿sabes? Totalmente.
Con suficiente inercia, esa capacidad de aguantar cambios bruscos de frecuencia, como un volante de inercia gigante. Y reflejos rápidos, no un sistema que se asusta a la primera.
Exacto. Y esa falta de robustez, o la superación de los límites, se vio en la recuperación.
19 horas.
19 horas para devolver la luz al 99%. Madre mía, más lento que instalar una actualización crítica en Windows 95.
Ja, ja, tal cual. Menos mal que Francia nos echó un cable, literalmente. Con hasta 2.000 megavatios.
Ah, bien por ellos.
Y Marruecos también ayudó por el sur. Hubo apoyo internacional.
Mientras tanto, aquí en la superficie… El caos. Pero caos analógico, ¿eh? Sí, sí.
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