
Goya, historia de una soledad #audesc 636m61
Descripción de Goya, historia de una soledad #audesc 2r131v
La vida de Goya es llevada a la pantalla con el despliegue adecuado de fuegos artificiales. Mucha ambición y más medios se acumulan en esta producción destinada a impresionar con el objetivo situado en la etapa más jugosamente dramática de la biografía del pintor. Desde sus relaciones amorosas con la duquesa de Alba al crepúsculo de su exilio en Francia, la cinta navega entre la indefinición y la pereza. No se consigue ni el tono desgarrado de un grabado ni el resplandeciente canto de un fresco. 3o3p5k
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Un rótulo aparece en pantalla.
Porque durante toda mi vida tal vez sólo he oído crecer dentro de mí para transmitirlo el canto de las tinieblas del hombre.
El único grito que puede traspasar la muralla de silencio en la que estoy encerrado.
La única voz de esta soledad en la que he vivido siempre.
Goya, historia de una soledad.
Una película española de 1971.
Una producción de Surcofilms S.A.
Protagonizada por Francisco Raval.
Irina Demick y la colaboración especial de Jacques Perrin.
Con José María Prada, Hugo Blanco, Teresa del Río, Ricardo Merino.
María Asquerino en Leocadia.
María Enriqueta Carvalleira en La Hija.
José Espinosa en El Bufón.
Teresa Raval en La Lecherita.
Y Marisa Paredes en La Maja.
Con Manuel de Blas, Berta Barri, Mari Merche Abreu, Sergio Mendizábal, Rosario García Ortega, Luis Morris, Monserrat Julio, Gerardo Maya, Janine Mestres, Emilio Berrio, Lucy Tiller, Antonio Padilla, Inma de Santis y Luis Rico, entre otros actores.
Argumento original, Juan C. Sarabea y Nino Quevedo.
Diálogos de Alfonso Grosso, Juan C. Sarabea y Nino Quevedo.
Guión de Nino Quevedo.
Música Luis de Pablo.
Asesor histórico Luis Vázquez de Parga.
Director artístico Joaquín Pacheco.
Decorador Wolfgang Burman.
Montador Pablo G. Del Amo.
Fotografía Luis Cuadrado.
Ayudante de dirección José Luis Ruiz Marcos.
Director de producción Jaime Fernández Cid.
Productores ejecutivos Carlos García Muñoz, José Saguer y Nino Quevedo.
Director Nino Quevedo.
Los títulos de crédito se superponen sobre distintas pinturas de Francisco de Goya.
Por la noche Francisco de Goya pinta un autorretrato mirándose en un espejo.
Es un hombre de unos 40 años con rasgos pronunciados y pelo largo recogido en una cola.
Lleva un sombrero alto con varias velas encendidas para iluminar el lienzo sobre el que dibuja.
Viste con ropas propias de la época, finales del siglo XVIII.
Lleva una chaqueta de color granate, una camisa y un pañuelo anudado al cuello.
De pronto cierra los ojos y se detiene en su labor.
En la primavera de 1787 Goya acaba de cumplir 41 años.
Su juventud primera ha pasado.
Durante mucho tiempo una discreta brillantez ha presidido por igual su vida y su arte.
Pero el triunfo ha tardado en llegar.
Nacido en Fuendetodos en 1746, todo ha sido para él hasta ahora un largo esfuerzo en la oscuridad.
Tras sentarse a reposar unos segundos y secarse el sudor de la cara con un pañuelo vuelve a levantarse.
Se pone de nuevo el sombrero y toma un pincel para seguir pintando.
En otro momento las calles se llenan de gente con máscaras que se divierte celebrando el carnaval.
Todos van vestidos con ropas de majos.
Un grupo de hombres mantea un muñeco de trapo de tamaño natural.
Un joven estudiante de unos 20 años de edad con un antifaz rojo en su rostro se detiene a contemplar a una dama que se divierte junto a los demás.
Al poco sigue caminando y la joven repara en él.
Minutos después ella baja las escaleras que conducen a una caverna cruzándose con distintas personas que corren de un lado a otro.
Es una joven de unos 20 años de pelo castaño recogido en una redecilla de estilo goyesco.
De pronto se topa con el joven.
Ella se lo quita.
Cerca a un anciano ciego toca una guitarra.
Los dos se están comiendo.
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