Gordos de Oro 1g4r46

Hola Gonani, esto es el Moño de la Bernarda, un programa que se emite los martes y jueves a las 8 de la tarde. Es un programa que pretende mirar la otra cara de las noticias extraída de editoriales de medios serios de todo el mundo sobre una misma noticia. Daremos una visión más ponderada de lo que ocurre y también información que nos afecta como pueblo. El objetivo es que puedas por ti mismo, ti misma, pensar y reflexionar sobre lo que nos pasa.

Yo soy Helio Coppola, vecino de Bacaristas, el mejor pueblo del Valle Exo-Occidental. Hola, hola, bonanit. ¿Cómo está querida? Estamos en directo, no sé si nos estarán escuchando esta gente. Son las 9 de la noche y 8 minutos. Ahora están sopando. Bueno, le ayudamos o que nos inviten. Hoy estamos en los gordos de oro y en estos gordos de oro maravillosos empezamos con el paisa Luchano Pavarotti, que era gordo.

Aficionado a los caballos, la pasta y el buen vino, este tenor de unos 90 metros de estatura y de un peso entre 85 y 130 kilos, era padre de cuatro hijas y también abuelo. El 6 de septiembre de 2007 falleció Luchano Pavarotti a causa de un cáncer del páncreas, lo que conmocionó al mundo de la lírica, recibiendo numerosos homenajes póstumos.

El tenor entró en estado crítico en plena gira de despedida, cancelando la mitad de sus últimos compromisos en el 2006. Por su parte, Luchano Pavarotti también dejó una marca imborrable, cuando recibió una ovación de 67 minutos, tras su actuación en el Élixir d'Amour, en la ópera de Berlín en 1968, que lo hizo salir a saludar 65 veces. Los grandes aplausos no son exclusivos de la música clásica.

En los años que nos ocupan, la voz de Pavarotti correspondía a los de tenor lírico pleno, la textura cubría las dos octavas de tenor, desde el suficiente do hasta un sensacional bemol cuatro, por ello también se ha clasificado como tenore acuto, para distinguirlo de otras voces líricas más cortas. Los 160 kilos del tenor Luchano Pavarotti se conmovieron sobre el escenario montado en la capital de Uruguay para su recital, cuando enfurecidos espectadores interrumpieron su actuación a gritos de ladrones, ladrones, silencio por favores signori, exhortó varias veces un Pavarotti que miraba desconcertado al director de la orquesta. La situación se reiteró y mostró al tenor visiblemente molesto, un disgusto que aumentó como resultado de los aplausos a destiempo que interrumpieron las áreas de la bohème y o suave fanchula que interpretó con la soprano Cynthia Lawrence.