El Gol del Trinche. Gool de Señor! q4r2o

Amigos y amigas del fútbol retro, del fútbol nostálgico, del fútbol vintage, en definitiva, de ese fútbol de ayer que tanto tanto tanto nos gusta recordar hoy. Y bienvenido una semana más, cómo no, a mi gran amigo y mi gran compañero Marcos Rojo. ¿Qué tal, Marcos? ¿Cómo te encuentras? Buenas, Toni. Pues hoy con un capítulo que creo que va a hacer vibrar especialmente a los aficionados españoles. Ya veréis, bueno, en unos segundos por qué. Y de nuevo ligado a la actualidad y nuevamente por algo que no nos gustaría contar. Pues sí, como bien dices, de nuevo nos atañamos a esa actualidad que una semana más ha venido a tocar a nuestra puerta, en esta ocasión para darnos una triste noticia.

Y a esa triste noticia pues queremos responder en forma de homenaje a una de esas figuras que nuestra mente identifica como alguien cercano, alguien con el que, a pesar de no haber tenido nunca o directo, nos ha acompañado a lo largo de nuestra vida en momentos inolvidables y más si el tema a tratar es el fútbol, ¿no? Yo creo que hablamos de lo que podríamos definir, con permiso de los grandes narradores que tenemos en España, de la gran voz del fútbol español. Tristemente esta semana pues nos ha dejado José Ángel de la Casa. Y eso, Marcos, en Café Carlovich, no lo podíamos dejar pasar por la noche.

Pues no, porque José Ángel de la Casa fue el narrador de varias generaciones cuando, antes de la entrada de las cadenas privadas primero y de las plataformas digitales después, Televisión Española era la encargada de llevar a nuestras casas los pocos partidos que en aquellos años 80 y 90 se retransmitían. No podíamos imaginar siquiera un futuro en el que todo el fútbol estuviera a nuestra disposición y en el que multitud de narradores y comentaristas, a la mayoría de los cuales tengo que reconocer que no podría ponerle ni nombre, nos contarían qué estaba ocurriendo sobre el césped. Porque en aquellos tiempos José Ángel de la Casa era el único que tenía derecho a entrar en nuestras casas. Y así nos acompañó por ligas, copas de Europa, Champions League, Eurocopas, Mundiales...

Siempre con esa voz inolvidable y con ese estilo sobrio y elegante que a la vez transmitía una gran pasión por el fútbol. Ese estilo con el que era capaz de completar las imágenes sin necesidad de molestar, hablando en cantidad justa, ni mucho ni poco. Y yo, Toni, confieso que echo de menos ese tipo de narraciones cuando veo los partidos actuales en los que prima un estilo más estridente y radiofónico. La verdad que era un sonido muy inglés, una narración muy británica, por decirlo de alguna manera. Inevitablemente su voz ya ha aparecido en nuestro podcast, con el pisotón de Juanito Amataus, en el capítulo en el que dedicamos que dedicamos al malagueño, o con el gol de Alfredo Santalena, en el que daba la copa del rey al Superdépor de Arsenio y que además hacía referencia a aquella copa del Atlético de Madrid entre Mallorca, el propio José Ángel de la Casa, no yo.

Y es que resulta imposible evocar aquellos años sin el acompañamiento vocal de un genio de la comunicación, que tras años batallando contra el Parkinson, vio cómo su voz se apagaba a los 75 años de edad. Podríamos haber elegido, Marcos, muchos pasajes diferentes, porque las hemerotecas están llenas de momentos inolvidables narrados por él, pero si hay un gol que José Ángel de la Casa ha narrado hasta la saciedad, hasta el punto de que la voz le llega a fallar, probablemente por las veces que ha tenido que narrarlo, es el gol del señor Contramán. Así que como homenaje a su figura, os lo traemos en forma de una nueva entrega. Esta vez no se va a tratar de una inmemoria, tampoco un relato salvaje, sino que vamos a volver al formato del gol del trinche.

Este partido del que hablamos iba a disputar un 21 de diciembre de 1983, cuando aún escocían las heridas de ese Mundial 82 organizado por España, en el que el país había volcado grandes dosis de recursos y de ilusión, en unos años complicados en los que España estrenaba su recién escrita libertad y luchaba por abrirse al mundo tras la dictadura. Resultó, sin embargo, un estruendoso fracaso en lo deportivo, al quedar la selección española eliminada en las primeras o a las primeras de cambio, tras no pasar del empate ante Honduras, caer frente a Irlanda del Norte en la primera fase y, ya en la segunda fase, en el primer partido, caer frente a Alemania y verse obligada a jugar un triste partido de despedida, ya asignado en juego contra Inglaterra, que ni siquiera sirvió para que se divirtieran los que habían comprado la entrada, porque acabó con empate a cero.

Fue, imagínate, fue durísimo. Una caída en la que el aficionado ni siquiera lo esperaba.